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A nadie le causó sorpresa el cantinflérico anuncio de la comadre principal del Consejo Nacional Electoral del recién pasado martes 9 de agosto a través del cual dejó entrever que la recolección del 20 por ciento de las firmas del padrón electoral para la realización definitiva del referendo revocatorio contra Nicolás Maduro, que clama a gritos Venezuela entera, no se realizará hasta el último de septiembre, y el revocatorio, tres meses después.
De esta manera, la presidenta del CNE no dijo perro, pero mostró el tramojo y creyó que mataba el revocatorio cumpliendo con las órdenes que le han dado a lo largo de todo este tiempo desde Nicolás Maduro, pasando por el misógino y desarticulado Jorge Rodríguez, hasta el señalado Tarek El Aisami, y demás personeros del PSUV, a quienes les han metido un chip en la jeta para que repitan el mismo verso: “No habrá revocatorio este año”.
Tibisay Lucena ha quedado desnuda ante el país al quitarse el ropaje institucional de ser la figura principal del CNE con la responsabilidad de dirigir los destinos del organismo con equidad e imparcialidad, poder de la República, que fue creado para facilitar los procesos electorales, la manifestación de la voluntad popular, y no para impedirla.
Lucena y el resto de las muy bien calificadas por Ramos Allup como comadres, porque actúan como celestinas y confidentes del régimen de Maduro, jamás le salieron al paso a los representantes oficialistas que todos los días salían afirmando que el referendo no se iba a realizar, aunque fuera para guardar las apariencias por aquello de que la mujer del César no solo debe serlo, sino parecerlo.
La mayoría del pueblo venezolano, a lo largo y ancho del país, en una proporción de aproximadamente 90 por ciento, exige la realización del referendo revocatorio como la mejor salida democrática a este régimen.
Se especula y tiene mucha sustentación que ese sainete del CNE, fue preparado hace unas cuantas semanas en cónclave del Alto Mando Cívico-Militar de la revolución, en una faena que duró 12 horas y donde cortaron rabo y orejas al revocatorio, presidida por Maduro, Diosdado, Cilia y Padrino López, ministro de la Defensa.
La disposición del grupo jacobino revolucionario es que no haya referendo ni éste ni el año que viene, y el CNE siga actuando como lo que es, un apéndice del régimen, y en lo sucesivo tratarán de impedir elecciones que no podrán ganar jamás porque tienen a todo el pueblo contra ellos. Así entendemos por qué no hablan de elecciones regionales.