Bien ilusos son aquellos que, como tontos útiles, crean en un resultado diferente. La potestad, atribución o facultad del sufragio no puede venderse por un plato de lentejas. Solo cuando se ajuste a la Constitución y la ley debe ejercerse
En Venezuela el sufragio es un derecho y no un deber como sí lo era en la Constitución de 1961. Un derecho es una potestad, atribución o facultad. Un deber es una obligación, constreñimiento, subordinación, necesidad jurídica.
Así, tenemos el deber de cumplir la Constitución y las leyes o de resguardar la soberanía o la integridad territorial. Y el derecho, es decir la potestad, atribución o facultad de ejercer el sufragio, cuando consideremos que se ajuste a lo establecido en la Constitución: “mediante votaciones libres, universales, directas y secretas”, y se cumplan además, las disposiciones legales sobre la materia. Cuando estas condiciones no se cumplan, nadie puede obligarnos a ejercer ese derecho. Habría entonces que hacerse estas preguntas en los actuales momentos:
Se cumplen en Venezuela las disposiciones Constitucionales y legales para que los ciudadanos podamos ejercer ese derecho? ¿Serán las elecciones convocadas por una fraudulenta ANC un proceso electoral ajustado a derecho? ¿Serán las elecciones del 20M unas votaciones “libres”, “universales” y “secretas”? ¿Podrán considerarse “libres” unas elecciones donde la coacción a los electores a través de instrumentos como el Carnet de la Patria, las cajas CLAP, el reparto de Bonos o la carnetización del PSUV son mecanismos públicos de captación de electores mediante la intimidación y amenaza, hechas por el Presidente de la República en campaña y los más importantes funcionarios del régimen? ¿Podrán ser “libres” y “universales” unas elecciones de las que han sido excluidos arbitrariamente los más importantes partidos políticos de oposición e inhabilitados sus líderes fundamentales? ¿Podrán ser legítimas unas elecciones que por todas las razones dadas, están siendo desconocidas por la Comunidad Internacional libre y democrática en su gran mayoría?
Es evidente entonces, que los venezolanos no estamos obligados a legitimar con nuestro voto un proceso electoral, que al no ser “libre”, “universal” y “secreto” y no respetar las disposiciones legales, ya tiene un ganador sin necesidad de escrutinios. Bien ilusos son aquellos que, como tontos útiles, crean en un resultado diferente. La potestad, atribución o facultad del sufragio no puede venderse por un plato de lentejas. Solo cuando se ajuste a la Constitución y la ley debe ejercerse. El sufragio no puede convertirse en un deber de los tontos útiles. Es simplemente un derecho de los ciudadanos responsables y libres.