Aprobar
Nadie niega la crisis. Casi nadie niega la responsabilidad del Gobierno en ella. Después de casi dos décadas llevando al país a una situación de debacle, hoy el Presidente de la República quiere que la AN que se estrena por primera vez con mayoría opositora, apruebe un decreto de estado de excepción que refleja que no ha habido aprendizaje.
Siendo la emergencia económica un estado de excepción, el decreto debe, por mandato constitucional, enumerar y regular expresamente los derechos, cuyas garantías serán temporalmente restringidas. Nada de eso lo establece el decreto, lo que hace es ubicar el origen de la crisis en los esfuerzos nacionales e internacionales por desestabilizar la economía nacional. “Otros son los culpables”.
Con respecto al decreto en su contenido, podemos destacar las siguientes facultades que inadecuadamente se atribuye el Gobierno:
1. Hacer uso de los recursos remanentes del presupuesto de 2015 y aprobar créditos adicionales o modificaciones presupuestarias en sustitución de la AN. 2. Eliminar los controles legales en materia de contrataciones públicas, importación y nacionalización de mercancías. 3. Requerir de personas naturales o jurídicas cualquier edificación, maquinaria, medio de transporte que sea necesario para abordar la situación de emergencia. 4. Restringir el sistema monetario, así como las transacciones comerciales o financieras. 5. Dictar cualquier otra medida política, económica o social que estime conveniente.
Así que este decreto lo que busca es incrementar el intervencionismo del Estado, aumentar los controles en todas las áreas del país, con lo cual, lo que se promete es profundizar la ya grave crisis que se vive en la nación. Venezuela lo que necesita es generar confianza, seguridad jurídica, reactivar el aparato productivo con incentivos, disminuir los controles que solo generan ineficacia y corrupción.
Este Gobierno está haciendo muy mal la tarea y pretende llevar a una encrucijada malintencionada a la mayoría democrática de la AN. Aprobar o rechazar el decreto nos haría responsables. Este país debe dar un debate que sirva para que todos tengamos más claridad de la situación. Queremos que Venezuela supere satisfactoriamente esta crisis. Estamos dispuestos a aportar todo nuestro concurso para lograrlo. Pero no permitiremos que el Gobierno insista en conducir por un barranco a un país que, en medio de su sufrimiento, se va a hacer respetar.