Desde el preescolar hasta la universidad, en Venezuela los jóvenes pueden recibir educación gratuita y de calidad, porque tenemos instituciones con un alto prestigio como LUZ
El 27 de junio de 1870, el presidente Antonio Guzmán Blanco promulgó el Decreto de Instrucción Pública Gratuita y Obligatoria para todos los venezolanos. Sin embargo, ya existía un antecedente en la Provincia de Guayana, cuando el entonces gobernador, Juan Bautista Dalla-Costa (hijo), promulgó un decreto en la región, donde obligaba a los ciudadanos a recibir las enseñanzas. Así comienza la historia del derecho a la educación en nuestro país.
El autor de ese famoso decreto que sigue vigente hoy día, fue Martin José Sanabria, ministro de Instrucción Pública en el gobierno del “ilustre americano”.
La base fundamental del texto, dividió la instrucción pública en dos etapas: la primaria o universal, que la ley exige a todos los venezolanos y que los poderes públicos están en el deber de dar gratuitamente y la instrucción libre o voluntaria que comprende los demás conocimientos que los venezolanos quieran adquirir en las demás ramas del saber humano.
La nación, los estados y los municipios tienen la obligación de promover por todos los medios a su alcance, la instrucción primaria, creando y protegiendo escuelas gratuitas en los poblados y en los campos, de manera que los conocimientos obligatorios estén al alcance de todos. Establece, como conocimientos obligatorios: «Principios generales de moral, lectura y escritura del idioma patrio, aritmética práctica, sistema métrico y el compendio de la Constitución Federal».
Ya bien entrado el siglo XX, en 1980, se promulga la Ley Orgánica de Educación de Venezuela (LOE) que establece en su artículo 2 que “la educación es función primordial e indeclinable del Estado, así como derecho permanente e irrenunciable de la persona”.
En el 2009, la LOE fue modificada y se adopta la educación venezolana como un derecho humano que se fundamenta en la doctrina del Libertador Simón Bolívar y del Gran Maestro Simón Rodríguez.
Es evidente que en nuestro país el avance educativo ha sido un acierto en todos estos años. Desde el preescolar hasta la universidad, en Venezuela los jóvenes pueden recibir educación gratuita y de calidad, porque tenemos instituciones con un alto prestigio como LUZ.
En cambio, en América Latina y el Caribe -con la excepción de Cuba que solo tiene escuelas públicas- es posible constatar que los logros de aprendizaje alcanzados por los alumnos de las escuelas públicas son menores que los de las privadas, lo cual refuerza los argumentos de quienes postulan la privatización como única garantía de calidad.
A nivel universitario tenemos el caso de Chile, donde la educación universitaria es costosa y muchos jóvenes han salido a las calles a protestar por el acceso a una educación gratuita y de calidad.
Debemos reconocer, como venezolanos, la educación que nos han impartido en las escuelas y en las universidades, donde se forma el futuro de la patria siguiendo el pensamiento de Bolívar: “Moral y luces son los polos de una República, moral y luces son nuestras primeras necesidades”.