“El derrame en el Lago nos está dañando las herramientas”

Foto: Archivo

Los ambientalistas saben de lo que hablan los pescadores. Luis González, especialista en la materia, advierte que son más de 20 orígenes que provocan el derrame de crudo, que a su juicio, data de hace tres años y que bulle entre Tía Juana y Lagunillas

La densa mancha negra se niega a desaparecer del Lago de Maracaibo. El derrame petrolero bordea las costas de la subregión occidental del país. El olor del hidrocarburo repugna y causa indignación, sobre todo en el gremio pesquero. Jesús Huerta, es uno de ellos. A diario zarpa desde el sector Los Nísperos, al norte de Santa Rita, asegura que hay más peces muertos que vivos en el Lago de Maracaibo.

“Este derrame nos está matando de hambre. Están derramando un químico para hundir el petróleo y esto lo que hace es matar a los peces. Por ejemplo, dos pescadores, en 24 horas a duras pena logran pescar 20 kilos. En bolívares son 16 mil, de los cuales hay que pagar renta de la lancha, combustible, hielo y camarón. Lo que nos queda no nos alcanza para alimentar a los hijos”.

El hombre, visiblemente cansado de cumplir la reciente jornada, agrega que ya no le queda ropa. “Nos tenemos que bañar con gasolina para quitarnos el petróleo. La capa supera los 20 centímetros de densidad. Eso también daña los implementos de trabajo y reemplazarlos resulta muy costoso”.

Los ambientalistas saben de lo que hablan los pescadores. Luis González, especialista en la materia, advierte que son más de 20 orígenes que provocan el derrame de crudo, que a su juicio, data de hace tres años y que bulle entre Tía Juana y Lagunillas.

“La falta de mantenimiento de las tuberías y desincorporación de las estaciones de flujos inactivas  que deben ser reemplazadas provoca serios daños al ecosistema del Lago, esto sin contar que ahora se ha convertido en fuente de empleo en base de su deterioro ambiental y a su vez provoca que se detenga la cadena alimenticia”.

Plantas inoperativas

Al Lago también lo golpea la inactividad de las plantas de tratamiento de aguas negras construidas en Cabimas y Ciudad Ojeda. “Los constantes derrames de petróleo, además de recibir las aguas residuales sin tratamiento nos hacen asegurar que el tiempo de saneamiento inestimable cuando no se aplican los debidos correctivos”.

González desestimó las labores de recolección de crudo en las costas que iniciaron hace menos de dos semanas. “Es personal que no recibió información apropiada de cómo ejercer las labores y mucho menos cuenta con la indumentaria utilizada en estos casos y esto también traerá consecuencias a futuro”.

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