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Hoy se celebra en el mundo el Día de la Salud, mientras que en Venezuela transcurre en un ambiente de angustia, impotencia y desánimo entre los que se mueven por los hospitales porque padecen alguna enfermedad. En la actualidad, la salud pública mantiene en jaque a más de 30 millones de venezolanos, sin respetar edad ni sexo. Mientras que el país padece ante la escasez de medicamentos, falta de insumos y el mal estado de los centros médicos públicos.
Depresión, eso siente Adelmo Pérez cada vez que en la farmacia le dicen: “No hay”. Dice que entre más visita, más sentimientos se le suma a su situación entre ellos el desespero y la impotencia de no conseguir la medicina para la diabetes y la hipertensión de su papá. Rita Fernández, es paciente de diálisis, dice que cuando se le acaban las medicinas siente que se enferma más. “’No hay’, eso es lo único que uno escucha en los hospitales, en las farmacias, en el supermercado. Esto es terrible porque ya no aguantamos más”.
En el marco de la fecha, la Organización Mundial de la Salud (OMS) reveló que la depresión encabeza la lista de causas de enfermedad. Se estima que cerca de 50 millones de personas en la región de las Américas vive en depresión, casi un 17 por ciento más que en 2015.
“La depresión es la principal causa de problemas de salud y discapacidad en todo el mundo. La falta de apoyo a las personas con trastornos mentales, junto con el miedo al estigma, impiden que muchos accedan al tratamiento que necesitan para vivir vidas saludables y productivas”, destacó un boletín informativo.
Por tal razón el organismo internacional inició una campaña, enmarcada en la fecha conmemorativa, llamada Depresión: hablemos. El objetivo general es que cada vez más personas con depresión, en todo el mundo, busquen y obtengan ayuda.
La doctora Margaret Chan, directora general de la OMS, dijo: “Estas nuevas cifras son un llamado de atención a todos los países para que reconsideren sus enfoques sobre la salud mental y la traten con la urgencia que merece”.
Colapso
Janine Perozo, directora de Salud Maracaibo, resaltó la importancia de la campaña en relación a los problemas que afectan el sector salud en el estado. “La situación causa depresión, porque nuestro sistema de salud en general está colapsado”.
Según la especialista, la salud es un equilibrio “biopsicosocial” por lo que si un integrante del núcleo familiar está enfermo, eso ya causa depresión. “En este momento es mayor por todas las debilidades que tenemos desde el punto de vista económico e institucional, ya que es un reto cumplir con los protocolos médicos establecidos para cada patología. Lo que genera un estrés mayor y por ende incertidumbre en el que se encuentra afectado”.
Perozo indicó que la salud no debe politizarse, porque es un principio humano sensibilizar y garantizar la prestación de un buen servicio. “Lo establece claramente la constitución, la salud es gratuita y es un derecho, pero en este momento no contamos con los elementos básicos para brindar una atención de calidad”.
Uno de los factores en contra es la falta de divisas para la importación. La directora de Salud Maracaibo recalcó: “Todos los insumos son importados, todos los reactivos y los principios activos de los medicamentos. Por eso, al no tener el empresario dólar preferencial, compra a dólar del mercado libre y todos los costos se incrementan de manera exorbitante, recayendo todo el peso en el paciente y el familiar, por consiguiente si no cuenta con recursos económico la situación causa no solo depresión, sino estrés insomnio, entre otros malestares”.
Sobre la necesidad de inversión en materia de salud, Carissa Etienne, directora de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), señaló que “la depresión no discrimina por edad, raza o historia personal. Puede dañar las relaciones, interferir con la capacidad de las personas para ganarse la vida y reducir su sentido de la autoestima”.
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Salud política
El sistema de salud de Venezuela, fue motivo de orgullo para el Gobierno por mucho tiempo, sin embargo, desde hace aproximadamente tres años ya no es así. Los pacientes no pueden recibir tratamientos médicos esenciales, y otros más están en lista de espera para someterse a cirugías que podrían ser vitales, debido a que los doctores no tienen los elementos necesarios para operar. En el país no garantizan la salud pública ni las drogas con mayor demanda, que son: para el tratamiento del dolor, asma, hipertensión, diabetes y enfermedades cardíacas, entre otras. También escasez de jeringas, gasas y agujas.
En marzo de 2016, Médicos por la Salud, una red de médicos residentes que trabaja en hospitales públicos de todo el país, informó los resultados de una encuesta llevada a cabo en 130 centros de salud dependientes del Gobierno nacional en 19 estados. El estudio mostró que el 44 por ciento de los quirófanos no estaban operativos y que el 94 por ciento de los laboratorios tienen fallas en el funcionamiento o falta de reactivos.
Comprobó que en los hospitales había escasez o faltantes en el 60 por ciento de las medicinas o insumos que normalmente se mantienen en inventario, y que la mayoría de los fármacos incluidos en la Lista Modelo de Medicamentos Esenciales de la Organización Mundial de la Salud no estaban disponibles en farmacias. A fines de 2014, los sanatorios públicos tenían en lista de espera aproximadamente a 20 mil personas que necesitaban someterse a cirugías.
Riesgos
La OMS ha identificado fuertes vínculos entre la depresión y otros trastornos, y enfermedades no trasmisibles. La depresión aumenta el riesgo de trastornos por uso de sustancias y enfermedades, como la diabetes y las enfermedades del corazón; lo contrario también es cierto, lo que significa que las personas con estas otras condiciones tienen un mayor riesgo de depresión.
La depresión es un factor de riesgo importante para el suicidio, que reclama cientos de miles de vidas cada año.
Además, las personas con depresión normalmente padecen varios de los siguientes: pérdida de energía, cambio en el apetito, dormir más o menos, ansiedad, concentración reducida, indecisión, inquietud, sentimientos de inutilidad, culpa o desesperanza, y pensamientos de automutilación o suicidio.
La falta de acción es costosa
Según un estudio dirigido por la OMS, que calculó los costos de tratamiento y los resultados de salud en 36 países de ingresos bajos, medios y altos durante los 15 años que van de 2016 a 2030, bajos niveles de reconocimiento y acceso a la atención de la depresión y otros trastornos mentales comunes, como la ansiedad, resultan en una pérdida económica global de un billón de dólares cada año. Las pérdidas son incurridas por los hogares, los empleadores y los gobiernos. Los hogares pierden financieramente cuando la gente no puede trabajar. Los empleadores sufren cuando los empleados se vuelven menos productivos y son incapaces de trabajar. Los gobiernos tienen que pagar mayores gastos de salud y bienestar.
7 de cada 10 personas con depresión no reciben el tratamiento que necesitan en todo en continente americano
300 millones de personas viven con depresión, un incremento de más del 18 por ciento entre 2005 y 2015