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Para el recién nombrado cardenal por la Santa Sede, monseñor Baltazar Porras, las mesas de diálogo entre el Gobierno y la oposición debe centrarse en buscar un beneficio social y no político, que se traduzca en tranquilidad para los venezolanos e instó a ambas partes a dar muestra de ello.
La participación del Vaticano, a su juicio, es con el fin de buscar una agenda para que se atienda y resuelva tanto el desabastecimiento de alimentos como de medicamentos en el país, además de la inseguridad. Recalcó que las mesas de negociación no deben ser usadas para “descalificaciones”, por tanto, exhortó al Gobierno y a la oposición a mantener un tono que sea cónsono con el objetivo, que es la estabilidad de Venezuela.
“Todos debemos tomar conciencia de la situación con serenidad para que el fanatismo no nos lleve por caminos equivocados”, señaló Porras, quien manifestó que si las conversaciones no dan frutos, no será el Papa quien quede mal, porque a su juicio, no se trata de quién triunfe o falle, se trata de que el pueblo venezolano es el que quedará mal si no se consigue una solución.
“¿Qué se gana con que la desesperación triunfe y que un grupo de personas pierda la calma? Vendrá represión, heridos y muerte. Eso no nos conduce a nada”. Porras reiteró que desde el principio de las conversaciones con los enviados del Vaticano, la idea es que se produzca una agenda concentra que dé respuestas inmediatas para la escasez de alimentos y medicinas, además de atacar el crimen.
Ayuda humanitaria
El prelado instó al Gobierno a recapacitar y a aceptar la ayuda humanitaria que a través de Caritas Venezuela se gestiona hace meses, para recibir medicamentos de parte de distintos países e instituciones del exterior. “No queremos hacer propaganda sino aliviar la crisis en el país, la gente no puede seguir sus tratamientos y se producen muertes por esa causa. Lo primordial es preservar la vida”.