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La nación venezolana ha sido sacudida nuevamente con las disparatadas medidas que toma el régimen de Nicolás Maduro en su desesperada búsqueda de soluciones a los graves problemas que la misma revolución ha creado.
Este 26 de julio, salió publicada en Gaceta Oficial de la República la Resolución 9.855 del Ministerio del Trabajo, la cual regula el proceso de préstamo obligatorio de trabajadores que puede ser ordenado por el Gobierno en el marco del decreto de estado excepción y de emergencia económica y aplica al sector agroalimentario.
La historia está llena de ejemplos de medidas como esta, tomadas en los países comunistas que no tuvieron otro resultado que el fracaso.
Cuando en mayo de 1958 Mao hace el lanzamiento oficial de El Gran Salto Adelante, lo anuncia como el plan que permitiría a China ser el país más rico y más avanzado del mundo.
Pero en China se asomaba una hambruna y el dictador comunista mandaba a comer menos y pretendía convertir a la nación asiática en el principal productor de alimentos a nivel mundial, y decretó un “aumento extraordinario” en las cosechas.
De esta manera obligaban a un campesinado precario, exigido al máximo, con escasa capacidad, a pegar el Salto Adelante por una orden dictatorial.
Tiempo más tarde los comunistas chinos se jactaban en afirmar que podían producir toda la comida que les viniera en ganas. Todo era propaganda. Requisaban a los jornaleros y les quitaban las cosechas sin tomar en cuenta si les dejaban qué comer.
El fracaso del gran Salto Adelante no tardó en mostrarse y si tuvo resultado fue la muerte de unos 38 millones de chinos a causa de enfermedades y hambre, así como exceso de trabajo por las inhóspitas condiciones a que fueron obligados a trabajar, con pelotones del Ejército sobre ellos
El programa indudablemente no funcionó, porque era irreal. La capacidad de producción estaba sustentada en utopías, ilusiones.
Algo similar ocurrió con la zafra azucarera cubana de 10 millones de toneladas de azúcar ordenada por decreto imperial del dictador y asesino Fidel Castro, la cual jamás pudieron lograr, y a la hora de cortar la caña tuvieron que movilizar a toda la nación y el ejército, y hasta los ministros encabezados por el barbudo criminal fueron expuestos, machete en mano, para dar el gran ejemplo. Los 10 millones jamás se lograron y el costo fue la devastación de las tierras , la agricultura y la ganadería.
Era necesario este recuento histórico para demostrar lo inviable de esta locura comunista del presidente Maduro. La resolución es inconstitucional y es totalitaria.