“El dolor de la alegría”

Cuento con un equipo que merece el reconocimiento de toda la comunidad universitaria por su encomiable labor en pro de la universidad autónoma

Nunca como ahora se podría hablar de “tiempo de definiciones”, porque el país requiere de todos los que vivimos en él. Una actitud militante con la libertad para realizar nuestra labor de pueblo, poniendo a disposición de esta tierra de gracia nuestras capacidades para coadyuvar a mejorar los niveles de la calidad de vida, produciendo más, estudiando con mayor ahínco, reflexionar sobre el estado de cosas y comprenderlas, y trabajar sin descanso para que retomemos el camino del progreso. Ser ciudadanos significa cumplir con nuestras responsabilidades y exigir respeto a los derechos constitucionales. Ya lo dijo Bolívar: “El mejor campo para que desapareciera la libertad y floreciera la dictadura, era la ignorancia del pueblo”. 

Cuando hablamos de libertad hay que recordar la fecha de inicio de nuestro devenir republicano 5 de julio de 1811, que conmemoramos en esta semana, porque ella sintetiza los deseos de un pueblo de vivir sin ataduras a un imperio o pequeñas naciones que han sabido mercadearse; pero también es justo recordar otra fecha de los tiempos modernos 27 de junio, y reconocer a los periodistas, profesionales egresados de las alma máter nacionales, como adalides de la libertad. Ellos luchan sin descanso, incluso a riesgo de sus vidas, por hacer que la información y la opinión sea libre y llegue a todo aquel dispuesto a escuchar de la realidad, reflexionar y discutir sobre ella, no la maquillada o la ausente de ciertos medios de comunicación que con su línea editorial irrespetan a la noble labor y el honor de llamarse periodista.   

Desde mi despacho y esta tribuna, siempre he defendido la labor de los periodistas, no solo porque creo en ellos en cuanto agentes de cambio, sino porque cuento con un equipo que merece el reconocimiento de toda la comunidad universitaria por su encomiable labor en pro de la universidad autónoma. Envío mi saludo y solidaridad a todos los periodistas, especialmente a los que prestan servicio a nuestra universidad, porque de ellos depende en gran parte que Venezuela vea la luz al final del túnel y la universidad autónoma siga luchando por recuperar la confianza en sí misma para poder convencer a la sociedad y al Gobierno que, parafraseando a Jorge Luis Borges en Arrabal y en referencia a Buenos Aires, “Esta ciudad que yo creí mi pasado /es mi porvenir” (Manuel Ángulo Parra, 2003).

(*) El título es una frase de Mario Benedetti en Buzón de tiempo, 2004.

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