“Las heridas fuertes nunca se borran de tu corazón, pero siempre hay alguien dispuesto a sanarlas, con la ayuda de Dios.” Jorge L. Borges
Por definición la diáspora se entiende como “la dispersión de un pueblo o comunidad humana por diversos lugares del mundo”. De acuerdo con el estudio más reciente realizado por la firma Consultores 21 hasta el 2do trimestre del año 2019, la emigración de venezolanos en el período de la mal llamada revolución del siglo XXI, es decir, la diáspora venezolana se ha convertido en un verdadero drama cuyas consecuencias se sienten internamente en nuestro país y externamente en los países receptores de la región americana fundamentalmente.
El efecto devastador para la nación se percibe en el altísimo porcentaje de pérdida de su capital humano, el cual se calcula entre el 15% y el 19%, es decir, entre 4.771.000 y 6.047.000 personas, lo cual es terrible no sólo por sus efectos presentes en términos de mano de obra y talento, sino también en función del proceso de reconstrucción del país que se requiere a futuro.
De acuerdo con el estudio citado, los venezolanos que quieren irse a vivir a otro país se ha incrementado del 25% en el año 2015, al 44% en este año 2019, con el agravante de que la mayoría se concentra en las edades más productivas del ser humano, 55% de jóvenes entre 18 y 24 años de edad, y el 45% entre 25 y 44 años de edad. Es una pérdida poblacional lamentable, más aún si tomamos en cuenta que 3 de cada 10 venezolanos piensan que sus familiares no regresarán y el porcentaje de los que desean quedarse en el país se ha reducido del 73% en el año 2015 al 55% en el año 2019.
Como Zuliano es muy doloroso saber que el 30% de los que quieren irse viven en el Estado Zulia. Es obvio si tomamos en cuenta que los indicadores de calidad de vida del zuliano han sufrido el mayor deterioro de su historia, en comparación con el resto del país.
Los países a los cuales han emigrado los venezolanos son preferentemente Colombia, 29.40%, Perú 21.70%, Chile 20.30%, Ecuador 10.70%, Argentina 6.30% y otros de menor cuantía como USA 3.30%, Brasil 3.10%, Panamá 3.90%. Las preferencias de los emigrantes venezolanos posiblemente se deba a las facilidades del lenguaje y de comunicación por la cercanía de dichos países, pero, la motivación, con toda seguridad es la desesperante y calamitosa situación económica y social, así como la persecución y ofensiva política en contra de todo el que manifieste su oposición al régimen dictatorial y sus aliados del mal, que han clavado sus garras en el país.
El drama de nuestra diáspora hay que afrontarlo en sus crudas dimensiones mediante estudios más amplios y profundos que permitan definir políticas públicas de incentivos de retorno de los venezolanos a nuestro país, el acometimiento de proyectos conjuntos con otros países donde participen venezolanos capacitados y una política social que canalice y controle el flujo y la ayuda humanitaria hacia ellos. Previamente debería hacerse un esfuerzo de organización que minimice la dispersión y la pérdida o sub-utilización del talento venezolano. A tales efectos habría que desempolvar el proyecto TALVEN que inició el Dr, Francisco Kerdel Vegas siendo embajador de Venezuela en Francia hace aproximadamente 20 años.