El espíritu de la historia

 

La cronología, la biografía y el periodismo, aunado a la propaganda y al discurso de toda índole, tienen en su haber la disposición de hacer llegar al ciudadano común un significante número de datos en función de mantenerle informado

La historia tiene sus episodios cotidianos y veraces, luego la vida se desenvuelve en un sinnúmero de eventos, que la historia, -posterior y potencialmente-, habrá de develar para conocimiento del pasado y con ello pronosticar un futuro incierto. No obstante, la veracidad de la misma, está desafortunadamente sujeta a un protagonismo -las más de las veces- elaborado en el marco de intereses del mismo y, que da mérito al triunfo, bien sea de la perversidad humana solapada con la máscara del altruismo o a la piedad, al heroísmo y la benevolencia (filantropía).

La cronología, la biografía y el periodismo, aunado a la propaganda y al discurso de toda índole, tienen en su haber la disposición de hacer llegar al ciudadano común un significante número de datos en función de mantenerle informado. Esta actividad tiene como objeto el sublime acto de proteger, mediante conocimientos veraces, la integridad del ciudadano, sea en el presente o el futuro.

Sin embargo, hay quienes han usado muchos de estos medios, para enajenar la mentalidad del ciudadano; en detrimento de su seguridad y en función de aupar ideologías esclavistas, fascistas y/o déspotas y tiránicas, como el Ministerio de Información y Propaganda Nazi (década de los años 40 del S. XX) o con máximas como la de Salvador Allende, quien en los años 70 del mismo siglo, en un discurso, tuvo el tupé de decir que el periodismo no debería ser objetivo ni verás sino en función de una causa.  

Empero, al ser esta causa (revolución) fuente de agravio en contra de un estatus social progresista contemplado en la democracia, su efecto es doblemente dañino. En consecuencia, es una apreciación perversa ante la objetividad del periodismo y la información como fuente de seguridad ciudadana y, peor aún, de todo un pueblo.

Fidel Castro “dizque” héroe luchador por el bien del pueblo de Cuba, atacó un cuartel en 1953 donde murieron muchos inocentes (absuelto en un juicio legal y democrático), Karl Marx, “dizque” luchador por el bien del proletariado, conspiró contra muchos gobiernos de Europa (absuelto en un juicio legal y democrático). Hasta ahora ningún disidente u opositor de los sistemas socialistas-comunistas, juzgados por actos de la misma índole contra estos gobiernos, ha sido absuelto. Todos condenados -cárcel, exilio o muerte- con juicios sumarios e ilegales.

 

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