Toda
“La revolución comienza como promesa, se disipa en agitaciones frenéticas y se congela en dictaduras sangrientas que son la negación del impulso que la encendió al nacer”. Octavio Paz
Lo que unos años atrás se asomaba como una tentación, hoy tenemos la evidencia de que el totalitarismo no solo es una vocación, sino una guía de acción de lo que se ha dado en llamar el “chavismo”. Un líder carismático con habilidad presuntuosa, que encandiló a propios y extraños, quien deslumbró a unos cuantos por su elocuencia encendida y grosera, quien sin mucho esfuerzo supo llegar al precio de todos los que se acercaron y rodearon tratando de aprovecharse de su influjo de atrapa moscas, supo tener paciencia para enmascarar sus ansias de poder ilimitado.
Para lograr sus fines utilizó sin pudor el tesoro nacional, dilapidó millones de dólares a manos llenas, nos endeudó a todos los venezolanos, destrozó el aparato productivo interno, volvió más dependiente nuestra economía, degradó más aún el ejercicio de la política y nos dejó un heredero inepto y servil a los bastardos designios del barbudo caribeño para que completara la entrega de la soberanía nacional.
En nombre del socialismo se encubren afanes totalitarios, militaristas y típicamente delincuenciales. En su nombre se agazapa el fascismo y se esconde el nazismo, sin reparar que ninguna forma de organización social que constriña la libertad y la democracia puede tener futuro. Hay socialismos para todos los gustos, decía Rigoberto Lanz, pero el bandidaje chavista, carente de ética y de principios, le hace un enorme daño a quienes están convencidos, de buena fe, de que ese puede ser un camino hacia la justicia social. Es tiempo que despierten de ese sueño.
A los quejumbrosos y críticos a ultranza de la oposición que más bien parecen enviados del chavismo satánico, les aconsejo mirarse en el espejo de la historia. Toda esa humillante situación está a punto de ser superada con un poco de cordura, sensatez y sacrificio de ambiciones personales por parte de la dirigencia política.
Es imperativa una alianza estratégica para la reconstrucción, recuperación y desarrollo del país, a corto, mediano y largo plazo, con acuerdos de rotación entre los candidatos presidenciales de partidos políticos o de independientes asumidos por estos. Recordemos que nadie esta tan vacío como aquel que está lleno de sí mismo. El presente y el futuro del país nos reclama la unidad permanente de la diversidad de sectores y factores. Con visión trascendente. Mas allá de las naturales aspiraciones.