Hoy
Simón Bolívar fue un civil que devino en militar e hizo heredar la idea de que la Independencia (1810-1821) toda se la debemos a los uniformados de verde los cuales se han constituido en los custodios de una idea de patria hecha a su medida.
Los militares han mandado en el período republicano, tremenda contradicción, desde el Libertador hasta Hugo Chávez. Salvo el período que comprende de 1958 hasta 1998, 40 años, más o menos se les puso en cintura, a cambio de mimos y privilegios, y también porque el liderazgo civil se atrincheró alrededor de una institucionalidad que mal que bien se respetaba.
Con los “revolucionarios” volvieron a protagonizar un regreso a la dirección efectiva de la nación constituyéndose en guardia pretoriana. Siempre se han sentido árbitros, ya sea para apuntalar un liderazgo o para contestarlo. Los niveles de compromiso institucional y profesional hoy son fuertes a pesar de años de ideologización ya sea favoreciendo la causa anti izquierdista o comprometiéndose con ella misma. Hoy todo el mundo habla de los militares como los salvadores de la victoria electoral del 6-D en manos de los opositores.
Le atribuyen a Padrino López, actual ministro de la Defensa, una alocución clave del alto mando militar a las 10.00 pm del 6-D que evitó el fraude por parte de un CNE obediente a los dictados de Miraflores. Padrino lo que hizo fue plegarse a sus compañeros de armas partidarios de respetar los resultados electorales. Lo contrario, pudo haber desatado un enfrentamiento de pronóstico reservado entre las distintas facciones que hacen vida en las Fuerzas Armadas que existen en el país, incluyendo a la GNB junto a las Policías, y agréguele, las milicias armadas chavistas.
Rocío San Miguel, experta conocedora de los militares venezolanos tiene esta apreciación sobre su comportamiento en el evento electoral: 1. Los resultados del 6-D no fracturaron a la FANB, como tampoco ocurrió en los eventos de los años: 1958, 1989, 1992 y 2002. 2. La FANB es una institución que continúa siendo un factor isla para el liderazgo político, económico y social de la Nación. 3. Siempre se pliega a la opción real de poder. 4. La capacidad de reacomodo y continuidad es inmediata. Nunca muere el comando. 5. El relevo generacional es una impronta que oxigena la Institución. 6. El pragmatismo priva sobre el idealismo. 7. Su gran temor es ser “árbitros” en problemas graves de orden público.