
Expertos
Hay un punto común en las últimas campañas electorales del partido de Gobierno: tarde o temprano siempre aparecen las supuestas conspiraciones (la mayoría presentadas por el Ejecutivo en discursos públicos y sin pruebas). El Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) se ha valido de este argumento desde la época del fallecido presidente Hugo Chávez, da lo mismo que la amenaza venga de la "derecha", del "imperio" o de agentes externos.
Jesús Castillo Molleda, politólogo, considera que, al igual que en anteriores oportunidades, las últimas denuncias de conspiraciones hechas por el presidente Nicolás Maduro buscan distraer a la población y a los actores políticos que lo adversan. “El Gobierno, al decir que hay violencia, intentos de magnicidio, que hay grupos armados, trata de ocultar que no ha encontrado una solución para los problemas reales que hay en el país: desabastecimiento, escasez, inflación e inseguridad".
A juicio de Édgar Gutiérrez, politólogo, el Gobierno de la denominada revolución bolivariana intenta, con sus acusaciones, mantener su discurso de siempre, "que inocule miedo de la victoria opositora" para descalificar a la dirigencia y radicalizar a su base.
La repuesta
"Ellos (el Gobierno) se van a valer hasta de lo más incoherente con tal de generar matriz de opinión", apuntó Molleda, quien subrayó que la sala situacional del oficialismo, "que trabaja muy bien estos temas", va a escoger todas las semanas algo diferente para ver si la oposición, "que lamentablemente no está unificada", cae en la tentación.
La última estrategia del PSUV ha sido vincular a los miembros de la MUD con Carlos Trejo y José Pérez Venta, implicados en el descuartizamiento de Liliana Hergueta. El presidente Nicolás Maduro presentó el martes en su programa de radio y televisión un video donde uno de los denunciados (Pérez Venta), señalado de estafador por sus víctimas, aseguraba que tenía relación con algunos voceros de la coalición opositora. Ellos fueron “entrenados en el arte paramilitar, de asesinar, de descuartizar gente. Hemos detectado 30 grupos como este que acabamos de develar, entrenados y financiados desde Colombia por los paramilitares (del expresidente colombiano, Álvaro) Uribe”, expresó el mandatario.
Tomás Guanipa, secretario general de Primero Justicia, lamentó que "para el Gobierno, los testigos estrellas siempre son los asesinos, los que roban". A su juicio, el Ejecutivo está creando ollas para criminalizar a la oposición y desviar la atención de los ciudadanos.
Para Édgar Gutiérrez, el argumento de que se trata de un trapo rojo para distraer, de una nube de humo, no es suficiente para la oposición. “Tienen que desmontar la mentira”.
Jesús Castillo Molleda afirmó que "van a buscar un show nuevo todos los días" para imponer las pautas de la agenda nacional. "La respuesta de la oposición ha sido débil porque no es unificada. Si bien hay una tarjeta unitaria, cada quien está tirando para su partido y no hay un mismo discurso. El Gobierno se puede aprovechar de una oposición dispersa, no codificada, con temas como el de Ramón Guillermo Aveledo y el partido Copei. Quizás estas acciones no tienen ningún tipo de credibilidad a lo externo, pero a lo interno del partido (PSUV) les da un tema para discutir en los comité de bases, en las UBCH, en un trabajo de estructura política".