
Ángel
La Ley de Presupuesto de 2017, que se saltó la Asamblea Nacional para ser aprobada por el Tribunal Supremo de Justicia mantiene despiertas las dudas acerca de las posibilidades de su cumplimiento. Las premisas utilizadas para los años anteriores se caracterizaron por no cumplirse.
A pesar de que se repite el comportamiento de priorizar los tributos antes que los ingresos petroleros, causa incertidumbre la meta de recaudación de 83 por ciento del monto calculado en 8,5 billones de bolívares. Aunque se trata de una suma 466 por ciento superior a los Bs. 1,5 billones calculados para 2016, los expertos ven factible que se cumpla el objetivo debido al escenario inflacionario que enreda al país.
“El Gobierno se pone metas muy fáciles y por tanto todas las cumple y las supera”, afirma Ángel García Banchs, director de la consultora Econométrica. Un ejemplo lo otorga el Servicio Nacional Integrado de Administración Aduanera y Tributaria (Seniat) que este año ha reportado en reiteradas ocasiones superávits, como fue el caso de agosto cuando sobrepasaron su objetivo en 281,51 por ciento. “Superávit no hay. Superávit es cuando los ingresos del fisco exceden los gastos”.
El economista explica que el cumplimiento dependerá del tipo de ajuste que esperen las autoridades en los precios, pues la recolección de tributos incrementa con los niveles inflacionarios, que el Fondo Monetario Internacional (FMI) estima que cierren en mil 600 por ciento el próximo año. “El tema es hacer una meta en términos reales, de poder adquisitivo constate, que los tributos aumenten, eso sí dependería de una economía real, pero lo que están proponiendo ellos son metas nominales, en bolívares, solo procesos inflacionarios garantizan su cumplimiento”.
Sin referencias
“El presupuesto se podría botar en la basura y no hay ninguna pérdida. De la primera coma hasta la última es pura mentira”, explica el economista. Indica que el documento representa un instrumento valioso como referencia para la planificación de ingresos, gastos, costos, utilidades, reservas, entre otros aspectos de las empresas, pero en los últimos periodos el Gobierno se ha servido de créditos adicionales y no ha ofrecido cálculos aproximados de las estadísticas macroeconómicas.
“Cuando tengamos un gobierno serio, prometes inflación de 3% y la cumples y si eres creíble contribuyes a la certidumbre, a la planificación, pero para eso necesitas un cambio no solo de Gobierno, de régimen de sistema político institucional, que no responda a intereses de grupos, ni de mafias”.