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La hidroeléctrica Simón Bolívar recupera el nivel de agua del embalse del Guri. Luis Motta Domínguez, ministro de Energía Eléctrica, asegura que “poco a poco” se retoma la carga aunque “todavía falta agua” y pide mantener el “ahorro de energía” a las familias. Ya el Plan de Administración de Cargas, que significó casi dos meses de cortes del servicio, desapareció.
La cota del embalse ayer tocó la barra de 257,07 msnm. Se distancia de la mínima histórica que rozó 240 msnm y alertó la cercanía de una paralización de la planta generadora principal de Venezuela. José Aguilar, ingeniero eléctrico internacional, resalta que a pesar de la lluvia y el volumen de agua en la reserva no se traduce en estabilización de la generación de energía eléctrica en la planta.
Con el nivel en el que está Guri es para producir más del 45,3 por ciento del volumen útil en el que está la casa de máquinas II. Aguilar cuestiona que la carga de agua no ha sido capaz de “poder sacar más energía y ponerla al servicio de Venezuela”. Lo que ratifica “la maldad del Gobierno en materia energética. El problema no es y nunca ha sido el nivel del agua. Es su mal manejo”.
La salida de la banda de zona de colapso (241,35 msnm), tras lograr un 20 por ciento de recuperación de reserva de agua, se implantó una estrategia de “subproducción adoptada por el Gobierno” al aprovechar la contracción de la demanda y retroceso del consumo por la caída de los agentes económicos, medios de producción de bienes.
Venezuela tiene un consumo estimado a 2016 en menos de 280 givatios horas día y sobre 320, una caída brutal comparada con el comportamiento de 2013 y retrocede a la década de 2006 cuando el Sistema Eléctrico Nacional reportó tope de 321 GWH. “Es decir, tenemos un desempeño similar”, acentúa Aguilar.
Desestima la “tesis” oficialista que exista abuso del consumo. “No hay ni consumo, ni demanda excesiva. Lo que hay es una profunda depresión energética” aunada a una agenda de “desinformación y opacidad” en datos eléctricos.