El hambre también arrasa en LUZ. HAMBRE en letras mayúsculas, hambre insaciable en este momento, que se inicia en lo fisiológico y pasa al hambre de aprendizaje y llega hasta a la dignidad
Unos días atrás le preguntaba a mi hijo acerca de su día en el colegio, a lo cual me respondió: “bien, con muchas horas libres como ya es normal”, por supuesto mi reacción inmediata fue repreguntarle, “¿cómo así que normal?”, y esta fue su respuesta: “es que hay mucha ausencia de los profesores; unos porque no consiguen transporte; otros que no tienen el efectivo para el traslado en el por puesto; otros dicen que no han comido y están buscando comida… Entonces cuando vienen, se enganchan con los temas que a diario se vive y allí se va la hora, lo que se convierte en otra hora libre”.
Actualmente, los formadores educativos están ausentes, el hambre y la situación económica en general los ha convertido en “pobresores”, el salario es insuficiente (además de bajo), no alcanza para la comida, los medicamentos, la movilización y el día a día en la familia, dejan de alimentarse y como resultado a eso se enferman y por todo eso se ausentan.
Ante esta nefasta realidad, las instituciones educativas junto con las asociaciones de padres y representantes han recurrido a la solidaridad de todos. Aportando de nuestro propio patrimonio productos que alivien el hambre que hoy están viviendo nuestros educadores, inclusive hasta del nivel universitario.
Para corroborar esto, basta también con darse una pasada por nuestra principal universidad, la Universidad del Zulia; aulas vacías, cerradas, secciones sin docentes, clases de 8 o 10 alumnos, concursos desiertos. Reina la inseguridad y el ausentismo. El hambre también arrasa en LUZ.
HAMBRE en letras mayúsculas, hambre insaciable en este momento, que se inicia en lo fisiológico y pasa al hambre de aprendizaje y llega hasta a la dignidad. Como el hambre y la dignidad se dan la espalda, lo único que el Gobierno hace es irrespetar a los más desposeídos con bonos de maternidad, Chamba Juvenil, cajas CLAP -por cierto muy manipuladas- bonos de Semana Santa, Carnet de la Patria, y otras cosas que en detrimento del erario nacional, se utilizan en beneficio electoral del Gobierno.
El llamado es a todos, reconociendo nuestras diferencias y potenciando nuestras igualdades e intereses comunes, teniendo como norte fundamental el bienestar mayor y el daño menor en beneficio colectivo.
Que el hambre maestra deje de ser tema de opinión y pasemos a conversar sobre la calidad de vida, la calidad educativa, la calidad laboral, la calidad de ciudadanos que somos y la calidad de país al cual todos pertenecemos. Que todos seamos uno.