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Una mujer y sus dos acompañantes terminaron con la vida de José Javier Chourio Bracho (20) de un escopetazo en la cara. Según sus vecinos, el joven se negó a entregar sus pertenencias en la avenida 6 con calle 21, en la urbanización San Felipe III, municipio San Francisco.
Chourio salió ayer, a las 5.00 de la mañana, de su casa para su trabajo en la Zona Industrial de Maracaibo. En el trayecto, los azotes lo amenazaron con una escopeta. Pese a las advertencias no entregó su billetera ni el teléfono. Le dispararon en la cara y apenas cayó al suelo sus atacantes lo requisaron, le quitaron lo poco que tenía y corrieron hacia la vía de La Cañada de Urdaneta. Hasta ahora no los han visto, detalló la Policía.
Un vecino escuchó la detonación y salió de su casa. Apenas lo vio, identificó a la víctima. Se le acercó para ayudarlo, pero ya no respiraba. Corrió hacia la vivienda de la familia Chourio y le avisó al padre.
Tristeza
Diantonio Chourio, padre del joven, al toparse con el cadáver del menor de sus cuatro hijos, lo revisó y notó que la cartera y el celular no estaban.
“Esta era la cuarta vez que lo robaban en dos meses, yo le decía que dejara ese trabajo que lo hacía salir temprano”, exclamó el anciano, a escasos metros del cadáver de su hijo.
Una comisión de Polisur acordonó el lugar para evitar que los averiguadores arruinaran la escena del crimen. Dos horas más tarde, una comisión de la Policía científica llegó, tomó las declaraciones de los testigos, montó el cadáver en la furgoneta y se marchó.
Desde hacía seis meses, José Javier trabajaba como ayudante en una distribuidora de Lácteos Los Andes. Su hora de salida todos los días era a las 4.00 de la mañana, volvía a su casa a la 1.00 de la tarde y se encerraba en su cuarto. Ayer, se había quedado dormido, con paso apresurado salió al trabajo y en el camino lo asesinaron, recordaron sus parientes. Presumen que los malandritos conocían su rutina.
Efectividad
Doce horas tardaron los oficiales de Polisur en encontrar la guarida de los sospechosos. Los ubicaron por la señal del teléfono de la víctima. Los delincuentes llamaban para pedir rescate por el aparato. Donny Manuel Fernández Montiel y el “Valenciano” se trasladaban en un Arauca blanco, por la vía a La Cañada de Urdaneta.
Los funcionarios comentaron que los sospechosos se resistieron a la detención y se les enfrentaron. Uno murió en la vía y el otro cuando escapaba hacia la urbanización Plaza El Sol. La Policía incautó dos armas y un vehículo.
Las investigaciones continúan. Falta la captura del resto de la banda, liderada por el “Hongo”. Rastrean a la mujer que acompañaba a los azotes.
Se refugian en la cancha
La comunidad denunció que los malandros rondan las calles y los tienen azotados. “A ese muchacho lo mataron los malandritos que se la pasan en la cancha. Allá es donde la Policía tiene que meterse”, explicó un vecino, quien se negó a dar su nombre por miedo a represalias.