El hombre nuevo, esclavo de los tiranos

Albert Einstein ante una multitud de periodistas e interlocutores, en una de sus entrevistas planteó lo siguiente como respuesta de cómo sería una futura guerra mundial: "una tercera guerra mundial se desarrollaría con piedras y palos en función de la tendencia retrógrada de nuestra estirpe humana"

La arrogancia y mucha ignorancia, principalmente analfabetismo funcional, omisión de disciplinas y muchas razones, nos hacen pensar que los seres humanos somos los únicos dueños de la Tierra. Y no, no es así. Sin embargo, cierta conducta de la humanidad atiende un valor virtual acerca de la atención que deberíamos tener con los animales, si el ser humano o sus cónsules ancestrales desde el principio, desde homo de Neanderthal o quizá más antes, hubieran dejado en paz a las otras especies terráqueas. 

Contra esa actitud hubiéramos podido desarrollar nuestra civilización sin tracción de las bestias, como por ejemplo la agricultura, y quizá nuestro desempeño hubiera tenido -entre nosotros mismos- un valor más elevado. Pero el deseo de liberarse de la carga, del trabajo duro y sucio, ha hecho a los pobres animales esclavos de la humanidad. No debería haber domesticación de ninguna especie, eso es esclavismo. 

Desafortunadamente un millón de años es bastante tiempo transcurrido para reversar este proceso perverso. Seguiremos siendo lo peor. Hopkins acaba de plantear algo que venía manejando desde hace mucho tiempo atrás: "sino abandonamos la tierra, la especie humana desaparecerá, los primeros en salvarse de esa hecatombe serán los astronautas y otras nominaciones de la misma índole, los ricos con pasaporte intergaláctico, tristemente en la tierra previo a toda clase de calamidades, quedará habitada por los países con etnias menos avanzadas".

Albert Einstein ante una multitud de periodistas e interlocutores, en una de sus entrevistas planteó lo siguiente como respuesta de cómo sería una futura guerra mundial: "una tercera guerra mundial se desarrollaría con piedras y palos en función de la tendencia retrógrada de nuestra estirpe humana". Esto tiene como corolario el advenimiento de un mundo de "hombre nuevo", el mundo socialista que no sabe producir sino repartir como pródigos lo que no producen, esto fue planteado por Aznar  y Churchill. Luego el mundo civilizado iría en franco retroceso para convertirse en cavernícolas, la evidencia es la propaganda excesiva de volver al conuco, a la tala, la quema, el pilon y el anafre, al fogón, a cocinar con leña, a criar gallinas y cabras en los techos de las casas etc. Lo antes dicho se está convirtiendo en un verdadero esclavismo, ya no de animales, sino el propio; al esclavismo que por el espíritu de su época Aristóteles defendió.

 

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