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Fue en 1821. La mañana de aquel 24 de junio desde las alturas de Buenavista, El Libertador Simón Bolívar, divisó la posición de las tropas realistas para hacer frente y avanzar. La batalla era inminente.
El glorioso Campo de Carabobo, esa sabana histórica, fue el escenario donde se libró, quizás la más importante lucha independentista de nuestra historia, que puso fin a una era de batallas y guerras en pro de ese paso emancipador.
Esa victoria de la tropa patriota, al mando de Bolívar y enfrentadas a las tropas del Reino de España, liderada por Miguel de La Torre, representó la liberación de la mayoría del territorio venezolano que aún permanecía en poder de los realistas. La victoria definitiva se lograría en 1823, en nuestro estado Zulia, con la Batalla Naval del Lago de Maracaibo y con la Toma del Castillo de San Felipe, en Puerto Cabello.
Luego de esta victoria, Bolívar ordenó la liberación de Occidente, campaña en la que no participó porque decidió emprender Las Campañas del Sur, que fueron las acciones militares en contra del dominio español, decisivas para la liberación de las actuales repúblicas de Ecuador, Perú y Bolivia.
Hoy, a 195 años de aquella gesta, evocamos el pensamiento libertario de nuestros héroes cuyo honor, quedó plasmado en Carabobo. Simón Bolívar, José Antonio Páez, Manuel Cedeño, Ambrosio Plaza y como no recordar a Pedro Camejo, mejor conocido como “El Negro Primero” con su mítica frase dirigida a Páez: “Mi general, vengo a decirle adiós porque estoy muerto”.
Hoy, a casi dos siglos después no somos tan independientes como queremos. Fueron muchas las batallas libradas para procurar eso, pero al sol de hoy, ha habido cambios en nuestra sociedad que nos han traído hasta acá.
Vivimos días que nos hacen pensar, que estamos destinados a seguir un camino donde no hay luz y progreso, donde la libertad intelectual y el conocimiento se esfuman sin retorno ante las adversidades.
Es lamentable ver como el país ha perdido talento y juventud valiosa. La fuerza del presente y del mañana. Este mensaje es para los jóvenes, los hijos de nuestra Universidad, el futuro de Venezuela.
Ha llegado la hora de una nueva Batalla de Carabobo. Una batalla donde el conocimiento y la sabiduría sean las municiones letales para salir victoriosos de estos momentos. Confió en los jóvenes para liderar esta lucha, son ellos los que pueden retomar el honor y la gloria de Carabobo y lograr la independencia absoluta de nuestro país.