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En Japón es posible alquilar amigos para posar en fotos destinadas a Instagram, contratar a una pareja para acudir a una cita fingida o a falsos familiares para asistir a eventos sociales, servicios que cuentan con una demanda creciente.
Esta particular idea de negocio le surgió hace una década a Yuichi Ishii cuando decidió acompañar a una amiga, madre soltera, y hacerse pasar por su marido durante una entrevista de acceso para una guardería privada de Tokio, donde no aceptaban a niños de familias monoparentales.
“Me di cuenta de que existían injusticias en la sociedad japonesa, y vi que era posible ofrecer servicios para cubrir esos huecos”, relata en una entrevista a EFE Ishii, fundador de Family Romance, empresa pionera en su ámbito en Japón.
A ese primer favor entre amigos le siguieron otros como reunir a personas para hacer de “invitados de relleno” en varias bodas, y a partir de entonces Ishii decidió profesionalizar sus servicios, ampliarlos y promocionarlos a través de las redes sociales.
Su empresa cuenta con mil 200 empleados o “actores”, como él los llama, y dispone de un amplio menú que incluye el alquiler por horas de amigos, padres, madres, maridos, esposas, novios, hijos o compañeros de trabajo.
Decenas de compañías similares han proliferado en los últimos años, entre ellas algunas dedicadas exclusivamente a personas solteras o de edad avanzada, lo que responde al desplome del número de matrimonios y al acelerado envejecimiento demográfico en Japón.
El producto estrella actualmente es alquilar amigos para hacerse “selfis” junto al cliente y colgarlos en Instagram u otras redes sociales, según Ishii, quien explica que el precio de un actor para estos casos es de 8.000 yenes (unos 60 euros) y que su empresa recibe unos 50 encargos mensuales de este tipo.