El país olvidado

 

La dictadura ha sido aislada de apoyos tanto nacional como internacionalmente, por la fuerza del pueblo en las calles, busca llevar la protesta pacífica a un escenario de confrontación violenta donde ellos tienen mayores ventajas

Mientras el señor Maduro y su pandilla insisten en arreciar en la represión y exacerbar la confrontación y la crispación entre los venezolanos, existe una realidad que se ha quedado relegada ante la creciente tensión social. La Venezuela profunda donde los niños mueren por desnutrición, donde los enfermos mueren por falta de medicamentos y la inseguridad se lleva a un venezolano cada 20 minutos ha salido del foco de atención.

La dictadura ha sido aislada de apoyos tanto nacional como internacionalmente, por la fuerza del pueblo en las calles, busca llevar la protesta pacífica a un escenario de confrontación violenta donde ellos tienen mayores ventajas. En ese escenario la idea es que poco a poco olvidemos los principales temas que llevan a los ciudadanos a salir a la calle a protestar.

Este es un país, donde más del 60 % de los habitantes come dos o menos veces al día, donde la desnutrición infantil y en adultos mayores se incrementa exponencialmente, al tiempo que eleva los casos de enfermedades asociadas a este mal. Los altos costos, unido a la escasez de alimentos han generado un problema humanitario, que se agrava por la crisis del sector salud, que incluye el desmantelamiento de la red hospitalaria y la ausencia de medicinas básicas para los tratamientos  crónicos.

Hablar de cifras puede desdibujar la crudeza de la crisis humanitaria que enfrenta Venezuela. Las estadísticas son frías y son abstractas ni no se constatan en el recorrido por los sectores populares de Venezuela.

En el contacto cara a cara, se encuentra uno con la señora que con una yuca, tomate y cebolla rayada alimenta a sus 5 hijos, absteniéndose de alimentarse ella, constatas el incremento de enfermedades como la tuberculosis, anemia y otras asociadas a la desnutrición. En los recorridos por las comunidades debemos consolar (cosa imposible) a la madre cuyo hijo murió de un paro respiratorio, por no conseguir los medicamentos para tratarlo.

Esas vivencias te enfrentan a la realidad del país olvidado, ese que la dictadura pretende esconder con la sangre de nuestros jóvenes. 

No debemos nunca olvidar esos casos, porque son las razones por las cuales luchamos abnegadamente por el cambio en Venezuela. La tiranía pretende que nos distraigamos del tema central, que no es la constituyente, ni las “guarimbas”, ni el imperio; sino el sufrimiento de millones de compatriotas ante la miseria esparcida por el Gobierno.

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