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El papa Francisco llamó a no resignarse ante las amenazas del narcotráfico, en una misa en Michoacán, estado aterrorizado por el cártel pseudorreligioso Los Caballeros Templarios, desatando voces de escepticismo y esperanza de que su mensaje de paz haga carne entre los criminales.
“¿Qué tentación nos puede venir de ambientes muchas veces dominados por la violencia, la corrupción, el tráfico de drogas?”, preguntó el papa en una festiva misa ante unos 20 mil religiosos y seminaristas. “Frente a esta realidad nos puede ganar una de las armas preferidas del demonio: la resignación”, advirtió.
Otras 300 mil personas acompañaban la ceremonia fuera del recinto en Morelia, capital de Michoacán, considerada por mucho tiempo un bastión del narcotráfico.
Los religiosos cantaron e improvisaron coreografías en un ambiente de fiesta mientras esperaban la llegada de Jorge Mario Bergoglio.
“Ojala que con su bendicion, Dios se apiade de nosotros y que esta gente del narco escuche y entienda este mensaje”, manifestó Alfredo Vázquez, empleado municipal de 53 años, tras la misa.
“Justicia divina”
El mensaje de este martes fue el segundo en su gira por México en que el papa llamó a líderes religiosos a tener coraje frente al narcotráfico.
Aunque Morelia queda lejos de la denominada Tierra Caliente, en 2008 fue víctima de la violencia del crimen organizado con un atentado sin comparación: dos granadas estallaron en la abarrotada plaza principal en los festejos de la Independencia dejando ocho muertos.
En septiembre de 2006, Michoacán fue noticia cuando cinco cabezas humanas aparecieron rodando en un bar de Uruapan, en la subregión de Tierra Caliente, con un mensaje: “Esto es justicia divina”.
Lo firmaba el cártel de La Familia Michoacana, uno de los varios que han irrumpido en este estado clave para el narcotráfico y cuyo líder, Nazario Moreno “El Chayo”, aseguraba estar protegiendo a los michoacanos del sanguinario cártel Los Zetas.
Violencia y respuesta
Más allá de su discurso pseudoreligioso, el cártel extorsionaba, violaba, secuestraba y mataba a tantos vecinos de la productiva zona de Tierra Caliente, que centenares de campesinos se alzaron en armas en su contra a inicios de 2013.
Estos grupos de autodefensas fueron desarmados por el gobierno y parte de ellos reconvertidos en fuerzas rurales, que ahora deberán depurarse e integrarse al mando único policial.
El obispo de la ciudad, Miguel Patiño, tuvo que ser resguardado por las autoridades ante un supuesto ataque inminente del crimen organizado y el vicario y defensor de las milicias, el padre Gregorio López “Goyo”, daba misa con chaleco antibalas.
Después de su visita a Morelia, el papa pondrá punto final el miércoles a su gira de cinco días por México en Ciudad Juárez (norte), fronteriza con Estados Unidos.