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Con emoción y expectativa el papa Francisco visitó ayer el santuario de Fátima, en Portugal, un importante lugar de peregrinaje para los católicos y al que también viajaron sus predecesores, Pablo VI, Juan Pablo II y Benedicto XVI, convirtiéndolo en visita casi obligada.
El día en Fátima amaneció con lluvia. En esta pequeña localidad de Portugal, donde la Virgen se apareció a tres pastorcitos hace 100 años, durante las primeras horas del día comenzaron a llegar cientos de peregrinos entusiastas por la visita del papa Francisco.
Muchos de ellos procedentes de Venezuela, Francia, España o Puerto Rico. Lo primero que hacen la mayoría de ellos es acercarse hasta el Santuario y la Capilla de las Apariciones para rezar a la Virgen y pedirle por los frutos de la peregrinación del Santo Padre, que permanecerá en la ciudad hasta hoy.
Rezarán por Venezuela
“Hemos venido desde Venezuela para pedirle por la paz de nuestro país. Es lo que más deseamos. Todos saben que estamos atravesando una grave crisis”, explica a ACI Prensa una joven llegada desde ese querido país sudamericano. “También rezamos por nuestras familias, pero principalmente por la paz en Venezuela”.