El papa Francisco está en proceso de recuperación tras su operación de hernia abdominal. Los médicos le aconsejaron evitar esfuerzos y permanecer ingresado en el hospital Gemelli de Roma durante al menos una semana
El papa Francisco se encuentra en proceso de recuperación después de su operación de hernia abdominal del pasado miércoles.
Aunque está mejorando, se le aconsejó evitar hacer esfuerzos y, por lo tanto, no celebrará públicamente el ángelus, algo que nunca había sucedido durante su pontificado.
Los médicos indicaron que deberá permanecer ingresado en el hospital Gemelli de Roma durante al menos toda la próxima semana para permitir una óptima cicatrización de la malla implantada en su abdomen.
El médico que realizó la operación, Sergio Alfieri, informó que en los últimos días se suspendió el tratamiento intravenoso y el papa se encuentra en una dieta semilíquida.
Su estado es estable, sin fiebre y los análisis de sangre y la radiografía de tórax postoperatoria son favorables.
Estado de salud
La recomendación médica de evitar esfuerzos y no aparecer en público para el ángelus se debe a la necesidad de permitir una adecuada cicatrización de los músculos abdominales.
El Vaticano anunció que el papa rezará en privado el ángelus, uniéndose espiritualmente a los fieles.
Alfieri enfatizó que el papa no ha experimentado problemas cardíacos ni ha sufrido un infarto.
Desde el punto de vista cardiorespiratorio, su estado es bueno. El médico también mencionó que el papa tuvo una pulmonía hace dos meses, pero no requirió tratamiento significativo, aparte de un problema en la rodilla.
El período de hospitalización se extenderá al menos durante la próxima semana, por precaución y para facilitar la recuperación.
Se espera que el papa regrese a su residencia en Santa Marta en las mejores condiciones y la recuperación total llevará tres meses.
Alfieri destacó que el papa tiene la libertad de decidir sobre su recuperación y actividades, aunque se le sugirió seguir las indicaciones médicas.
A pesar de tener 86 años, el papa Francisco se mantiene mentalmente activo, la operación se programó para evitar conflictos con sus planes de viaje en agosto.
Asimismo, el papa no experimenta mucho dolor y recibe una terapia analgésica normal para facilitar su respiración y reducir el malestar.
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