Venezuela
Todos saben que al Guri no lo secó El Niño sino la ineficacia del Gobierno. Es bien conocido que las plantas termoeléctricas que se compraron para el caso que este sistema hidroeléctrico fallara, no funcionaron porque se robaron los reales y no le dieron mantenimiento a las que existían. Pero lo peor del caso es que todo lo que hacen para solventar un problema creado por ellos mismos, resulta peor que la calamidad que tratan de mitigar.
Ejemplo patético es la actual crisis eléctrica que ha paralizado al país. Imponer apagones de cuatro horas equivale a eliminar media jornada laboral. Como si fuera poco, ordenan que solo se trabaje los días lunes y martes de cada semana. Venezuela es el único país del mundo que ha promulgado esta absurda disposición de restricción eléctrica y laboral por el fenómeno de El Niño. Aunque si a excentricidades vamos, también es la única nación del planeta en donde al entrar a una panadería se pregunta si hay pan.
Otro remedio que resultó peor que la enfermedad fue ordenar al sector privado instalar plantas eléctricas para sus negocios cuando ni el propio Gobierno, con todos los recursos pudo hacerlo. Como consecuencia, el Sambil Maracaibo por ejemplo, que cumplía con un ahorro eléctrico de 64 por ciento y trabajaba desde las 12.00 del mediodía hasta las 7.00 de la noche tuvo que cerrar por la restricción absurda en el consumo de KVA. Se trata de 322 locales y tres mil trabajadores.
Según Fedecámaras-Zulia, con la falta de insumos, de materia prima, inseguridad jurídica y controles oficiales, la actividad del sector productivo había bajado hasta el 43 por ciento. Ahora los cortes eléctricos han dejado inoperativo 78 por ciento de las áreas de producción, comercialización y servicios. Los expertos consideran, que para evitar el colapso total del Guri, la Gran Caracas y los otros dos estados privilegiados deben incluirse en los apagones, de otra manera habría que subir los racionamientos a ocho horas diarias al resto de la sufrida provincia.
Con 45 mil Bsf., se compraba un apartamento en 2001, un vehículo nuevo en 2007 y ahora en 2016 ni siquiera un caucho. Cortes de agua y luz, escasez de alimentos y medicinas, inflación brutal, desabastecimiento total. Tiene que ser el peor Gobierno del mundo. Que oiga quien tiene oídos…