Hoy podemos decir que en Venezuela nuestra profesión ha estado a prueba de todo, lo primero es que nunca se abrazó a este Gobierno, siempre ha permanecido del lado de los hechos y de los principios democráticos, el periodismo ha superado la barrera de los cierres de medios
Les confieso que me debatía entre escribir sobre las nuevas sanciones de la Unión Europea a funcionarios del Gobierno de Nicolás que hoy viven más presos que libres y aunque tengan guardaespaldas y poder no pueden salir del territorio nacional; el poder no es para siempre, se acaba en un abrir y cerrar de ojos; o escribir sobre el periodista, por celebrarse su día en Venezuela este 27 de junio.
Opté por escribir sobre nuestra profesión, esa profesión que se lleva en las venas, el corazón y el cerebro. Tres elementos que no pueden faltar para ser un buen periodista.
Ya con 20 años de ejercicio en el periodismo, pero hoy dedicado a la consultoría política, al marketing político, puedo decir que el periodismo siempre está sembrado en uno y sólo se es periodista desde el momento que comienzas a vivirlo, a soñarlo, a trabajarlo intensamente desde una sala de redacción, desde la calle, desde investigación y la denuncia.
“Vivimos para contar”, decía mi padre, un periodista empírico; de allí surgió subjetivamente en mí esa esencia que hoy desarrollo. Hoy podemos decir que en Venezuela nuestra profesión ha estado a prueba de todo, lo primero es que nunca se abrazó a este Gobierno, siempre ha permanecido del lado de los hechos y de los principios democráticos, el periodismo ha superado la barrera de los cierres de medios, la persecución, el destierro y ha tenido que reinventarse todo el tiempo para seguir sobreviviendo.
La lucha es contra el poder, es la filosofía natural, la esencia; sin embargo, hay que adaptarse a los nuevos tiempos, adaptarse a nuevos relatos, a una nueva forma de contar las cosas para continuar denunciando ante la opinión pública lo que está mal hecho, la corrupción, la violación de los derechos humanos, entre otros temas.
Hoy gracias a este Gobierno sin escrúpulos y enemigo público de los medios de comunicación que en su haber tiene el cierre de RCTV, de más de 200 emisoras de radio, y de una veintena de periódicos; muchos colegas de primera línea están fuera de nuestras fronteras, quizás no haciendo lo que quisieran hacer pero seguramente pronto lo harán, vaya mis palabras de aliento para los que siguen en Venezuela el doble de reconocimiento.
El periodismo responsable siempre tiene consecuencias y el poder nunca sonríe a esto, pues sabe que ante una prensa libre deben dormir como los presos: con un ojo abierto y el otro cerrado; así duermen en Miraflores.
Sin duda, el periodismo es el “mejor oficio del mundo” como decía Gabriel García Márquez. El periodismo es anti-poder por naturaleza.