¡El Poder Popular y las tiranías!

El Gobierno a todas sus creaciones adjunta calificativos “popular” o “comunal”, lo cierto es que ese intento de Estado solo obedece a lineamientos e intereses de quienes tienen el poder absoluto por casi dos décadas

“Dime de qué presumes y te diré de qué careces”, probablemente esta sabiduría terrenal no tiene mejor cabida que en la política. Vietnam y la China de hasta los 80’, la Cuba y la Corea del Norte de hoy, tuvieron y tienen el adjetivo “Popular” a sus férreas dictaduras. 

Venezuela no es la excepción, desde la declaratoria “democracia protagónica y participativa” desprendida de la Constitución del ’99 el papel estelar lo ha tenido la casta gubernamental, el pueblo solo se organiza para recibir recursos en una especie de participación ciudadana tarifada. El Gobierno a todas sus creaciones adjunta calificativos “popular” o “comunal”, lo cierto es que ese intento de Estado solo obedece a lineamientos e intereses de quienes tienen el poder absoluto por casi dos décadas.

Al “Estado comunal” la Constitución del ’99 estorba, por eso desde tiempos de Chávez las misiones y todo lo “comunal” es administrado con fondos a los que el Ejecutivo nacional, vía leyes habilitantes, se autoconfiere la total discreción de su administración, también por leyes que las pasadas AN impuso. 

Observamos cómo a organizaciones del “Poder Popular” no afiliadas al PSUV le son negados sus registros, por eso apreciamos comunidades sumergidas en problemas, pero en sus asambleas de ciudadanos lo que se abordan son lineamientos partidistas, tenemos comunas con una logística impresionante para trasladar personas a votar durante elecciones, pero inconmensurablemente lerdas e inútiles para atender los problemas sentidos de la comunidad.

La soberanía popular es el enemigo a vencer, por eso se comete la violación constitucional más aberrante de nuestra historia, al intentar redactar una nueva Carta Magna sin que el pueblo lo haya solicitado, donde el Gobierno escoge candidatos y electores, cuya intención es superar las protecciones democráticas que la Constitución vigente impone a los gobernantes. 

El mismo Chávez con la Reforma constitucional 2007, trató de emular jurídicamente esos gobiernos “populares” o “comunales”, pero el pueblo sabiamente dijo ¡No!, pues solo quería continuar recibiendo beneficios (principalmente económicos) pero el costo no podía ser la democracia.

La pretendida constituyente de Maduro es clara: busca atornillar en el poder a los jerarcas del chavismo, legalizar procedimientos electorales que evadan el juicio popular electoral universal y directo, confeccionar instituciones 100 % partidizadas, concentrar el poder en una dictadura constitucionalizada… “Popular” “Comunal”. 

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