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En las clases del profesor Nubardo Coy hay momentos de desmotivación. “Para qué voy a estudiar, si aquí no valen los estudios”, les ha escuchado decir a varios estudiantes en los pasillos. Y él, pacientemente, les replica: “hagan un alto y piensen que más adelante volverán a pedir títulos en este país”.
Siempre se los dice. Y se los repite porque los conoce, quizás mejor que muchos otros colegas suyos. Durante sus 25 años como docente en la escuela de Diseño Gráfico de la Universidad del Zulia (LUZ), en cada clase ha recibido a un promedio de cuatro alumnos con discapacidad auditiva que sólo se comunican a través del lenguaje de señas.
Y pese a que la universidad cuenta con un departamento de intérpretes, con un personal de primera, las inasistencias de unos y la poca inspiración de otros, hacía que los estudiantes se perdieran en los contenidos, ya que la gran mayoría no lee el alfabeto castellano. Esto lo descubrió Coy con el tiempo.
“Viendo esas necesidades empecé a investigar para encontrar una tipografía con algo que me funcionara para ellos, porque cada uno me decía una cosa diferente, lo que me llevó a comprender que en su lenguaje también hay un modismo. Para hacer una misma letra, ponen la mano de diferente forma. Y el lenguaje que se utiliza en Maracaibo, por ejemplo, no es el mismo que se utiliza en Caracas”.
Para unificar criterios —y para librarse de las intermitencias de los intérpretes en clase— Coy investigó y se topó con que en Internet había un sitio para sordomudos a escala mundial. Se registró y le enviaron una tipografía dactilológica que ordenó instalar en las computadoras para sus clases de Editorial de Inicio y Editorial Avanzado.
“Yo les paso en un correo los ejercicios en Word con la tipografía castellana, y ellos me traducen esa tipografía ‘a dedo’. Para mí fue más fácil porque con el lenguaje de señas me perdía, pero con este sistema ellos me escribían ‘en dedo’ y yo la pasaba a Arial, en castellano. Así empecé a traducir yo también y a pasarle las correcciones y se me hacía mucho más fácil comunicarme con ellos. Logramos grandes avances con todos”.
El método
“Yo les hago una relación: en un renglón arriba pongo la A en castellano, y en el renglón de abajo pongo la A en lenguaje de señas o dactilológico. Un doble alfabeto con las letras y los números”, explica el experimentado profesor, quien también dirige la Escuela de Artes Plásticas Neptalí Rincón.
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