Tengo la impresión que esta camarilla corrupta y desvergonzada, no será desalojada del poder así nomás, por las buenas. Ya lo han expresado: “ni por las buenas ni por las malas”, ha referido Maduro. No tenemos otra arma para enfrentar a este régimen disoluto y corrompido que el voto
Nicolás Maduro y el régimen cubano que lo padrotea en su proyecto de destrucción de la República, no tienen miramientos ni escrúpulos en sus intenciones de instaurar en Venezuela un estado comunista o socialista, que es la misma mierda, para terminar de derribar lo poco que aún queda en pie en nuestra nación y llevarnos a todos a la postración generalizada, tal como ha ocurrido en la propia isla caribeña y en el resto de los países donde la maldita ideología marxista ha sido puesta en práctica.
Uno se pregunta cómo es que un gobierno como el de Nicolás Maduro, con un rechazo de más del 90 por ciento de la nación venezolana por su desastroso desempeño que ha puesto a pasar hambre y a morir de mengua a la casi totalidad de los venezolanos, pierde al convocar a unas elecciones que en condiciones normales perdería abrumadoramente
No hay duda de que tienen que tener montada toda una tramoya para desconocer la voluntad del pueblo venezolano, que quiere un cambio de gobierno para iniciar la búsqueda de nuevos caminos que le permitan a Venezuela recuperarse del desastre y la catástrofe que han dejado en este penoso camino de casi 20 años de revolución.
Tengo la impresión, desde los tiempos del engendro infernal de Sabaneta de Barinas, el que inició esta tragedia para luego dejarnos a ese otro incapaz que nos gobierna hoy, que esta camarilla corrupta y desvergonzada, no será desalojada del poder así nomás, por las buenas. Ya lo han expresado: “ni por las buenas ni por las malas”, ha referido Maduro.
En realidad, no tenemos otra arma para enfrentar a este régimen disoluto y corrompido que el voto, pero también quieren evitar que esa poderosa herramienta sea utilizada libremente porque saben que serán desalojados del poder a punta de votos, de allí el sometimiento a las principales instituciones del país para colocarlas al servicio del régimen e impedir que la voluntad del pueblo sea expresada.
Tendremos que salir a las calles de Venezuela a batirnos democráticamente con un régimen que no tendrá escrúpulos en mandar a asesinar a quienes los quieran desalojar del poder porque esa es la voluntad popular, a menos que salga un hombre de esa FAN, como le salió a Chávez con el general Rosendo, que desconoció la orden de sacar los tanques del batallón Ayala y aplicar el Plan Ávila para masacrar al pueblo aquel histórico y fatídico 11 de abril de 2002.
Estamos gobernados por una mafia inescrupulosa a cuyos miembros la vergüenza se la comió un burro por paja.