Ya
¡El pueblo habló el 6-D de 2015! El presidente de la República, Nicolás Maduro, no lo escuchó ni quiere entenderlo. Su gobierno demuestra que no es civilizado. Desconoce a las instituciones nacionales e internacionales. Ataca al poder ciudadano. No le interesa la vida ni la libertad ni el hambre de la gente. No obedece a la voluntad del pueblo. Por esto y mucho más, el pueblo está cansado de tanto bla, bla, sin ver resultados.
El pueblo está cansado de las denigrantes y torturantes colas, de la escandalosa escasez, de la grosera inflación, de los malos servicios públicos, de la segregación política y de la difamación. El pueblo está cansado de los antisociales, que si no lo atracan, lo intimidan con armas de fuego para robarles los primeros puestos en las colas. El pueblo está cansado de aquellos guardias y policías que faltan a su honor, matraquean y negocian con los “bachaqueros”, para darle prioridad a la entrada de mercados y supermercados. El pueblo está cansado de los revendedores de tiendas y abastos que compran el arroz, la pasta, la harina de maíz a precio regulado y lo venden a más de mil bolívares por unidad. Por ello el pueblo está a punto de salir en masa para exigir respeto a la Constitución, defender a la Asamblea Nacional y el derecho a la alimentación, que es defender el derecho a la protesta como principio de las libertades democráticas. Esto sería el efecto cívico más extraordinario que ennoblece, aun más las glorias esgrimidas y consolidadas por los fundadores de la patria con el espíritu de Simón Bolívar a la cabeza.
Sería la masa cívica en defensa de la vida republicana y de la soberanía ciudadana del venezolano. Sería la expresión del efecto cívico a que tanto temen los gobiernos despóticos y depredadores de la felicidad. Sería el fin de los abusos y excesos del grupo de poder que exalta la ley de la gavilla y la canallada cobarde. Como es el caso, de grupos armados y rentados, con dineros públicos que disparan mortalmente contra la multitud, para tratar de amedrentarla y reducirla. En fin, sería la presencia del pueblo defendiendo al pueblo.
El pueblo no tolerará más a la grosera conducta anticonstitucional y de barbarie del Gobierno. Y todo porque rechaza la agenda creadora de debilidad económica que fortalece peligrosamente la escasez, que genera hambre e intensifica la represión. Ya es hora de que el Gobierno cambie sus políticas inflacionarias, divisionistas y de abandono. Ya es hora de que empiece a entender la magnitud de la crisis que ha creado y deje de endosar sus culpas a terceros. Es hora de que Maduro asuma su rol de venezolano y adquiera consciencia de si es capaz de sacar al país del caos, o en su defecto, deje el paso a quienes llamen de manera auténtica a la unión nacional, para evitar la conflagración que pareciera estar a la vuelta de la esquina.
El pueblo chavista y no chavista, que habló democráticamente el 6 de diciembre de 2015, está a punto de exigir en la calle y de manera masiva, respeto a la soberanía de su voto como expresión de su poder ciudadano; la presencia de una economía que fortalezca al bolívar, reduzca la inflación, incentive la producción, llene de comida los anaqueles de los mercados y supermercados. Su protesta cívica de presencia y voz tendrá que ser escuchada y acatada hasta hacer retroceder los fusiles y acabe con la indolencia.