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Los detalles sobre la salida del país de Marco Aurelio Coello, uno de los cuatro estudiantes implicados en el caso de Leopoldo López, son un enigma. Incluso, lo son para su mamá, Doris Morillo, quien asegura a La Verdad, desde el otro lado de la línea telefónica, que la mañana del pasado viernes 4 de septiembre, ella fue la primera sorprendida cuando su hijo no llegó a la audiencia y la jueza Susana Barreiro confirmó que se había ido al exilio. "Él se fue para Estado Unidos en un vuelo comercial. Una periodista dijo que fue en un avión de American Airlines, pero yo lo desconocía".
Para Morillo de Coello, su hijo Marco Aurelio, no huyó ni se fugó ni mucho menos se escapó. Su argumento lo sustenta en una explicación bastante simple: "Él salió de Venezuela por el aeropuerto internacional más importante del país (Maiquetía). No tenía ni privativa de libertad ni prohibición de salida. Quien está libre no se fuga ni se escapa. En todo caso, lo que hizo fue incumplir con una presentación de una medida cautelar".
Como abogada de Marco, Doris está más consciente de que su defendido tomó la mejor decisión, pero como madre no puede estar tranquila. Nunca lo ha estado desde que su hijo fue detenido el pasado 12 de febrero de 2014, en el inicio de una ola de protestas callejeras que dejó un saldo de 43 muertos en el país. En el juicio -dice- ha quedado demostrada la inocencia de su muchacho, quien intuyó que la jueza tomaría una decisión más política que jurídica y decidió marcharse antes de escuchar una sentencia que arruinara el resto de su vida.
- ¿Cómo está su hijo Marco? ¿Sabe algo de su paradero?
- No he tenido contacto directo con él, pero sí tengo conocimiento, por terceras personas, de que está bien, un poco más calmado y que siente cierta tristeza por haberse ido a otro país.
- ¿Y por qué no han hablado? ¿Se llevan mal?
- Para nada. Marco Aurelio y yo somos muy unidos, yo lo amo y él me ama. Me imagino que no se ha comunicado conmigo directamente producto de las circunstancias. Él está arreglando su situación, responsablemente, y cuando tenga sus cosas listas, me llamará. Me ha mandado a decir con personas que está bien, que no me preocupe.
- ¿Y usted está más tranquila con su hijo fuera del país?
- Una madre nunca puede estar tranquila cuando tú hijo está en estas circunstancias, créemelo de verdad. Probablemente estoy un poquito más consciente de que esto era lo más viable, pero tranquila completamente, jamás.
- ¿Marco Aurelio se fue porque tenía miedo?
- Yo presumo que si él tomó esa decisión era porque temía que pudiera suceder una situación que lo perjudicara para el resto de su vida. De lo contrario, no lo hubiera hecho.
- ¿Le dolió dejar Venezuela y el juicio a medio andar?
- Indudablemente. Marco es un joven con valores arraigados. De tal manera que estoy casi segura de que se fue con una tristeza enorme por dejar su país, sus cosas, su familia, eso no es nada fácil.
- ¿Quién tomó la decisión de que Marcos se fuera?
- No podría decir que él personalmente hizo las diligencias para irse. Es un muchacho muy joven. Debe haber buscado cierto asesoramiento, incluso, en la familia.
- ¿Quién lo ayudó?
- No puedo precisar...
- Ud. ha dicho que Marco no huyó, entonces ¿cómo se puede llamar lo que hizo?
- He repetido en ocasiones que Marco no huyó, no se fugó ni se escapó. Él salió de Venezuela por el aeropuerto internacional más importante del país (Maiquetía). No tenía privativa de libertad ni prohibición de salida del país. Gozaba de una medida cautelar que le fue concedida por condiciones especiales. Desde que fue a juicio, su familia hizo una denuncia por atropellos a sus derechos fundamentales. La jueza revisó la medida de privativa de libertad y, apoyada en unos exámenes médicos forenses que decían que él debía estar alejado de ambientes que le produjeran estrés, concedió la medida cautelar. El que está libre no se fuga, no huye ni se escapa. En todo caso, lo que hizo fue incumplir con una presentación de una medida cautelar.
- ¿Por qué decidió esperar hasta la última audiencia?
- Cumplió responsablemente con las audiencias y todas las normativas que le impuso el tribunal y que prevé la ley. Opino que el hecho de que Marco se haya marchado a esta instancia del proceso es una prueba fehaciente de que esperó hasta el último momento para percibir la tutela efectiva del derecho que el Estado nos debe proveer. Viendo que no fue así, decidió marcharse.
- ¿Quiénes sabían que Marco se iría?
- No lo sabía nadie. Todos nos enteramos en audiencia cuando la jueza nos mandó a entrar a las 4.00 de la tarde. Tú sabes que siempre se esperan unas horas prudenciales cuando uno de los imputados en estas causas múltiples no llega. Nosotros en ocasiones nos íbamos juntos a las audiencias y otras veces él se iba por su parte, en su carro o en su moto. Cuando los abogados de la defensa vimos que no llegaba, nos preocupamos. Siempre fue puntual. Asistimos responsablemente al tribunal y le dijimos a la jueza. Ella me pidió su teléfono, me preguntó cuándo lo había visto por última vez. Yo le dije que tomara nota. Cuando transcurrieron las horas, ella nos llamó a la audiencia, nos dijo que en un vuelo proveniente de Venezuela arribó a la ciudad de Miami.
- ¿Usted tampoco sabía nada?
- No. Lo desconocía.
- ¿Sabe cómo se fue?
- Él salió en un vuelo comercial, desde Maiquetía. Una periodista dijo que fue en American Airlines.
- ¿Vislumbraba Marco una sentencia condenatoria cuando se fue?
- El juicio comenzó a acelerarse de una manera que no era normal. Se desecharon algunas pruebas importantes después de que habían sido admitidas. Cuando pasamos a las conclusiones, el Ministerio Público pidió a la jueza condena para todos los imputados: los cuatro estudiantes y Leopoldo López. Me imagino que después de que tú has estado en un juicio por más de un año, y tu defensa ha mostrado excelentes pruebas para probar tu inocencia y sigues ahí, la gente se preocupa.
- Y usted, ¿no se va?
- Esa pregunta no te la puedo responder ahora.