Venezuela
La expresión realismo mágico fue utilizada inicialmente por Franz Roh, crítico de arte alemán, para referirse a una pintura que representaba la realidad modificada. Arturo Uslar Pietri le brinda su dimensión universal cuando la utiliza para describir un género literario de grandes autores del Boom Latinoamericano. Lo sensorial como parte de la percepción, elementos fantásticos, mágicos, mitos y leyendas se integran a la narración como reales y naturales. Lo que en literatura puede resultar excepcional, en política es peligrosísimo confundir lo irreal con lo verdadero, peor aún, utilizar la mentira como argumento es perverso y ruin. Es sobretodo un crimen cuando lo que se busca es engañar, confundir, desmoralizar y someter un pueblo.
Varios años atrás asistí a una conferencia de la escritora chilena Isabel Allende, donde explicaba como parte de ese realismo fantástico se fundamentaba en hechos reales. La escritora contaba como en un pueblo situado entre dos fronteras, los productores agropecuarios exaltaban la riqueza de las tierras, asegurando que el ganado en ellas criado paría dos becerros al año, en realidad con esa leyenda lo que buscaban ocultar era un fenómeno de contrabando de ganado entre ambos países.
Lo que parecía real queda desnudo ante la realidad, el chavismo que pretendió ser una matriz social, innovadora, revela una farsa, el pueblo se despierta para darse cuenta del abismo que existe entre la fantasía que le vendieron y la verdadera intención del manipulador galáctico. Es necesario desenmascarar lo falso, la incapacidad, la traición, lo que existe de oculto y oscuro dentro del chavismo, para vislumbrar la salida necesaria, contando con la fuerza de nuestra mente, nuestro espíritu y nuestro esfuerzo.
Los cómplices de Maduro prosiguen su proceso destructivo, repiten el discurso elaborado e impuesto desde La Habana, no pueden cambiarlo, no es producto de su discernimiento. Se aferran al poder, única manera de eludir responsabilidades. Repiten slogans, afirman con cinismo mentiras, acusan a inocentes o enemigos imaginarios para evitar reconocer sus crímenes. La revolución que pregonan no existe, nadie cree en ellos y sin embargo nos arrastran al abismo.
Veamos algunas situaciones que nos dejan perplejos, Iris Varela Ministro para el Servicio Penitenciario, vive su propia fábula, vocifera que en Venezuela no hay retardo procesal, ni prames, ni armas en las cárceles, que resolvió el hacinamiento… imagino que pretende convencernos que resolvió el problema de la delincuencia. Mientras esto afirma, en la Penitenciaría General de Guárico 19 trabajadores fueron rehenes de los reclusos y utilizados como escudo humano.
Otro corrupto, Diosdado Cabello, declara: “Cargos de confianza deben estar en manos de revolucionarios. No se puede hacer una revolución con escuálidos dirigiendo las instituciones del Estado”. En flagrante violación al principio constitucional que prohíbe todo tipo de discriminación.
Por supuesto no aclara que son ellos solos, los responsables de la situación. El pueblo está tan claro que ya nadie quiere ser chavista, da pena haberlo sido, es tan evidente que mi próximo artículo probablemente lo titularé: “Todos escuálidos”.
A nivel internacional no terminamos una cómica, cuando ya estamos “poniendo otra”. La pequeña canciller, sin referirme a su estatura sino a su capacidad, aseguró que en Venezuela no había escasez. Oronda izó la bandera del Mercosur en la sede de la Cancillería, para simbolizar que comenzó su período en la presidencia rotativa del bloque, solo que tiene la oposición de los socios fundadores.
Actuó como Jalisco; arrebató y subió sola su bandera, frente a la negativa de Brasil, Paraguay y Argentina para que Venezuela asuma la presidencia pro tempore del organismo regional. La crisis aumenta el descrédito de Maduro en el ámbito internacional, cuyo gobierno es juzgado incapaz para dirigir la organización. Para “resolver” la crisis no encontró mejor solución que insultar a los otros miembros, justo cuando ese organismo discute acuerdos con las Comunidades Europeas.
Otro capítulo de la imaginación lo escribe el ministro de Comercio Exterior e Inversión Extranjera, Jesús Farías, asegurando que existen una gran cantidad de inversionistas extranjeros interesados en producir y generar fuentes de empleo en Venezuela… ¿y qué esperan?
Maduro delirante viaja a Cuba para proponer un esquema de trabajo que permita impulsar planes económicos, financieros, energéticos, sociales y culturales para el período 2016-2030, asegurando que busca “impulsar el desarrollo compartido económico, social, cultural y construir los proyectos para las generaciones que se están levantando”. Pura agenda oculta.
El régimen se niega a reconocer que para el 93 % de los venezolanos las cosas van mal, que el 84 % de la gente piensa que la gestión del Gobierno no resolverá los problemas… que es culpable de la crisis económica, política y social y están convencidos de que lo mejor para Venezuela es que Maduro se vaya. El realismo chavista decretó el “Amor Mayor”, para terminar poniendo a los ancianos en cola, en búsqueda de alimentos y medicinas. El que ofrecía una “revolución bonita” terminó echando “gas del bueno” y asesinando estudiantes.
El chavismo sembró al país con más de 250 mil muertos, 95 % de delitos impunes; regaló los recursos, permitió el narcotráfico, financió países extranjeros e hizo más pobres a los venezolanos. Venezuela vive sus 100 años de soledad, pero Chávez no era Úrsula ni vivió 100 años; Maduro con mucho menos narrativa, no sobrevivirá. Ante el desastre se han quedado solos, nadie quiere ser socio de “Narcotíos”, intentan impedir cualquier votación que perderían de manera abrumadora.
Se acabó el cuento del socialismo chavista, la gente quiere soluciones verdaderas, aspira a una realidad donde desarrollarse y contar con un futuro mejor… que le permita alcanzar su perfección como ser humano.