El régimen del odio

Los grandes valores que implantó la revolución bolivariana; cual fuerza maligna desatada, ha terminado por volverse contra los que ayudaron a diseminarlo. Todo el mundo conoce los responsables

El chavismo se propuso, como objetivo, instalar el odio en Venezuela. Como una forma de vida, que destruye, debilita, que elimina valores y principios

Lo creían necesario para desintegrar al país, por aquello de divide y vencerás. En ese momento un mensaje de rencor y venganza, salió de la boca del entonces candidato Chávez; poco a poco, fue envenenando el alma del pueblo.

El odio chavista hizo emerger lo peor del ser humano: lo vulgar, ordinario y soez, la incapacidad, la ignorancia, la improvisación, la corrupción, la maldad, el atropello, la injusticia. Los grandes valores que implantó la revolución bolivariana; cual fuerza maligna desatada, ha terminado por volverse contra los que ayudaron a diseminarlo.

La debacle venezolana nos ha convertido en una especie, que está luchando por su supervivencia. Todo el mundo conoce los responsables. Escucharlos mentir; justificar con cinismo su incapacidad para solucionar la tragedia que originaron, tiene colmada nuestra paciencia.

La burla en los medios de comunicación oficiales; la sorna de funcionarios, afirmando que todo está bien, que hay comida para regalar o que no hay razones para un canal humanitario; va determinando la certeza, de que no hay otra salida que salir de ellos. Sabemos que solo afirman tal desfachatez, por estar protegidos con el poder, sus guardaespaldas, milicias y colectivos.

El odio late muy cerca del que le mataron un hijo, por exigir sus derechos… o al lado del que está muriendo, porque no tiene medicinas. Existe como caldo de cultivo en las universidades cerradas, en la inflación galopante que no te permite comer decentemente.

Se escuchan ecos del odio en los cuarteles. En consecuencia, tampoco se escucha la misma risa en Miraflores; la pantomima y los grotescos bailoteos, han sido sustituidos por un rictus nervioso.

El régimen pretende mostrarse fuerte, confesando que no son demócratas y por ende no entregaran el poder. Hablan así, porque el odio que los habita los hace creer que son invencibles…hasta que suene la primera alarma.

Un solo camino queda para vencer la oscuridad: “reunificación”, indispensable para iniciar la reconstrucción… para darle un sentido a tanta tragedia. La reconstrucción necesitará sacrificios, planificación, experiencia y profesionales.

El país está destruido y es un problema de toda la sociedad. Debemos involucrarnos para canalizar la explosión que se avecina… para que el odio ceda el paso, a una fuerza generadora de la Venezuela democrática.

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