El Sistema

El Socialismo del Siglo XXI, epidemia seudo ideológica que infestó a Venezuela, Brasil, Argentina, Bolivia, Ecuador y Nicaragua, ha llegado a la cima de la corrupción y auto destrucción. Esa mezcla nauseabunda de comunismo, fascismo, o cualquier otro ismo, tenía y tiene una ejecutoria preconcebida de adueñarse de todo lo que el tiempo les permitiera

El Socialismo del Siglo XXI, epidemia seudo ideológica que infestó a Venezuela, Brasil, Argentina, Bolivia, Ecuador y Nicaragua, ha llegado a la cima de la corrupción y auto destrucción. Y así sucede porque en realidad, más que un movimiento ideológico, es un sistema con características muy propias, cuya finalidad u objeto fundamental, es y así se ejecuta, la apropiación de los medios gansteriles más grotescos del presente, del patrimonio de los países donde han asumido el poder. Esa mezcla nauseabunda de comunismo, fascismo, o cualquier otro ismo, tenía y tiene una ejecutoria preconcebida de adueñarse de todo lo que el tiempo les permitiera. De asaltantes de bancos, secuestradores y trajinadores en décadas anteriores, llegaron al poder llenos de rencores y frustraciones personales y políticas, instaurando un sistema voraz de corrupción y dilapidación del patrimonio de sus respectivos países. El sistema les ha funcionado perfectamente. Pisotearon y pisotean las libertades fundamentales, la información y crean un mecanismo legal de impunidad que les ha permitido en connivencia con el Hampa de Derecha, sus odiados históricos, generar fortunas personales incalculables. Las ideologías son mamparas para saquear y así se conformaron

Actualmente en Argentina, país en el cual el Kirchnerismo soporta una avalancha de juicios que deberán concluir con Cristina kirchner en prisión. Esas tendencias se originan en Argentina y Brasil y seguirán hacia los demás países del Socialismo del Siglo XXI, de eso no hay dudas.

Lo importante en esos casos ha sido la perseverancia del resguardo de las pruebas, ingrediente esencial para derrotar la impunidad y en tal sentido, en Venezuela todo aquel que se percate o se haya percatado y tenga conocimiento de hechos corruptos y corruptores, documente sus ocurrencias y las reserve en lugares de seguridad. La tecnología hoy lo permite. No son necesarios voluminosos expedientes, sino el contenido de éstos y los medios de almacenarlos están a la mano. La solidaridad y responsabilidad social así lo exige. De esa manera los argentinos, incluido funcionarios públicos y privados, jueces y fiscales, ayer silenciados por los Kirchner y su pandilla, conservaron electrónicamente o físicamente elementos de pruebas que hoy les  compromete a los corruptos y corruptores, su indebido patrimonio y su libertad. Ya vamos llegando.

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