El suizo Nemo logró una victoria sorpresiva en el convulso escenario de Eurovisión este sábado, convirtiéndose en el primer artista declarado persona no binaria en ganar el codiciado micrófono de cristal.
A pesar de que las apuestas lo situaban en un tercer puesto detrás de Croacia e Israel, Nemo rompió los pronósticos y alzarse con la victoria. “¡Espero que este concurso pueda estar a la altura de su promesa y continuar defendiendo la paz!”, expresó emocionado tras conocer el resultado.
El triunfo de Nemo alivió en cierta medida las tensiones generadas por la posible victoria de Israel, país que también sería el anfitrión del próximo certamen.
Este año, el festival se vio envuelto en controversia debido a la participación de Israel en medio de su conflicto militar en Gaza, lo que provocó numerosas protestas y críticas.
El 50 aniversario de ‘Waterloo’ de ABBA, un símbolo del festival, quedó eclipsado por las discusiones y protestas. Incluso en la gran final, surgieron inconvenientes como la descalificación del representante holandés por un incidente considerado “desproporcionado” por la televisión neerlandesa.
Gala con abucheos
La gala de Eurovisión se vio marcada por abucheos, contrastando con momentos de entusiasmo y emoción. La velada comenzó con un mensaje de la princesa Victoria de Suecia y la actuación de los representantes musicales de Suecia, los hermanos Marcus & Martinus.
A lo largo de la noche, se destacaron propuestas como la exaltación celestial del poder femenino por parte de Ucrania y el esperado regreso de Luxemburgo después de 30 años de ausencia.
Sin embargo, la polémica no tardó en aparecer cuando la artista israelí entonó su canción de resistencia, recibiendo aplausos de algunos sectores del público pero abucheos más sonoros que en sus actuaciones anteriores.
La irlandesa Bambie Thug sorprendió con una impactante invocación demoníaca, que estuvo en duda hasta el último momento debido a “una situación” que requirió una reunión urgente con la UER.
Entre los momentos destacados de la noche se encontraron la presentación del alma de la banda global Years & Years, Olly Alexander, en representación del Reino Unido con un homenaje a The Pet Shop Boys.
La italiana Angelina Mango cautivó con su cumbia experimental y un nuevo vestuario en negro, mientras que la portuguesa Iolanda ofreció una presentación elegante.
En el tramo final, los grandes favoritos se hicieron notar. Nemo, con su canción “The Code”, demostró su talento como rapero y cantante, navegando sobre una plataforma giratoria que simbolizaba las convenciones sociales que desafía en su letra.
Baby Lasagna de Croacia combinó elementos de Rammstein con el folclore croata, reflexionando sobre el éxodo forzoso de estudiantes de su país.
Por su parte, el francés Slimane cautivó al público con un diálogo cercano y emotivo, acompañado de un fragmento “a capella” que quedará grabado en la historia del festival.
Suiza, el más votado de los jurados
En el tiempo de votación llegó la celebración de ‘Waterloo’ y la reaparición de ABBA, pero en formato de hologramas, como los de su espectáculo londinense con las voces originales de los miembros del grupo.
Tres excampeonas de Eurovisión se encargaron de revisitar el tema en su ausencia: las suecas Carola y Charlotte Perrelli y la austríaca Conchita Wurst.
Posteriormente, llegaron los resultados de los 37 jurados, más accidentados que en otras ediciones por los abucheos para el supervisor ejecutivo de Eurovisión, Martin Osterdahl, por las decisiones tomadas en esta edición y la negativa de Países Bajos de presentar los votos de su jurado, al igual que el finlandés Käärijä y la noruega Alessandra Mele, participantes ambos en 2023.
La gran mayoría le dio Suiza su máxima puntuación, por lo que acabó este tramo como la candidatura más votada, con 365 puntos, por delante de Francia (218) y Croacia (210).
Este último país ha sido el receptor del mayor volumen de puntos del voto popular, hasta sumar 547 puntos, insuficientes, sin embargo, para alcanzar a Nemo, que concluyó la competición con 591 puntos, mientras que Ucrania completó el podio con 453.
Los jurados habían dejado ya mermadas las opciones de Israel a la victoria, en decimosegunda posición, con 52 puntos. Ha sido el voto popular el que le ha insuflado empuje suficiente para propulsarse finalmente hasta el quinto lugar, por detrás de Francia.
El resto del “top 10” ha quedado así: 6) Irlanda, 7) Italia, 8) Armenia, 9) Suecia, 10) Portugal. A la cola, Noruega.
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