Nuestro gran Teatro fue antes propiedad del Instituto Pro-Infancia, fundación constituida por la fusión de la “Clínica de Niños Pobres”, de “la Gota de Leche” y del “Instituto Josefino”, creadas por Vicencio Pérez Soto
El Teatro Baralt, cuya primera edificación data de 1883 es hoy, propiedad indiscutible de la Universidad del Zulia desde 1954. Ahora, ¿Cómo y de quien adquirió esa propiedad? Nuestro gran teatro fue antes propiedad del Instituto Pro-Infancia, fundación constituida por la fusión de la “Clínica de Niños Pobres”, de “la Gota de Leche” y del “Instituto Josefino”, creadas por Vicencio Pérez Soto, en tiempos del gobierno de J.V.Gómez, en beneficio de la infancia del estado Zulia.
Al Pro-Infancia le fue adjudicada la propiedad del Teatro, para que con sus ingresos financiara los gastos de atención a los niños necesitados del Zulia. Después de una fructífera labor, siendo gobernador del estado Don Apolodoro Chirinos, el Pro-Infancia destinó sus edificaciones, a un nuevo servicio de hospitalización para niños, naciendo entonces en 1950 el Hospital de Niños de Maracaibo, con presupuesto propio.
Para esos años, la Universidad del Zulia daba sus primeros pasos, después de su reapertura en 1946. En ella se centraban las mejores esperanzas para el desarrollo de la región. La Directiva de Pro-Infancia le dio todo su apoyo como testimonio del respaldo privado a la vida cultural y científica del Zulia. De allí surgió la donación a LUZ del Teatro Baralt, con su terreno propio, edificaciones e instalaciones especiales para toda clase de espectáculos.
La decisión de la directiva de Pro-Infancia fue acogida con beneplácito por la Universidad, a través de su rector el Dr. José Domingo Leonardi, quien comprendiendo la trascendencia del hecho, suscribió con diligencia el documento de donación. Otro gobernador de una dictadura, como el de ahora, el General Néstor Prato mostró su inconformidad reclamando la propiedad del teatro. Pero la Universidad del Zulia, como lo está haciendo hoy, ante la arbitrariedad “revolucionaria”, defendió su derecho y preservó su teatro, que es símbolo de la cultura del Zulia, más allá de cualquier ideología decimonónica.
Hoy, el Teatro Baralt es patrimonio nacional, del Zulia y de su Universidad y debe seguir siendo escenario plural, amplio y abierto a las diversas manifestaciones de la cultura universal, nacional y regional, sin complejos de ninguna índole. Defender la autonomía e independencia cultural de nuestro Teatro, es el mejor homenaje que podemos hacer a R. M. Baralt, zuliano universal, que hizo historia y supo escribirla en prosa insuperable en nuestro idioma. Defendamos pues al gran Teatro de esta “Tierra del Sol amada”.