domingo, enero 19, 2025
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El tenis colombiano vive sus días dorados

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(Foto: Archivo)

Los títulos conseguidos en Wimbledon y el Abierto de EEUU por Juan Sebastián Cabal, Robert Farah y Camila Osorio les permitieron bordar con hilos de oro sus nombres en la historia del tenis colombiano, que vive sus mejores días y apunta a llegar cada vez más lejos, para lo cual necesita una mayor inversión

Los títulos conseguidos en Wimbledon y el Abierto de EEUU por Juan Sebastián Cabal, Robert Farah y Camila Osorio les permitieron bordar con hilos de oro sus nombres en la historia del tenis colombiano, que vive sus mejores días y apunta a llegar cada vez más lejos, para lo cual necesita una mayor inversión.

Cabal y Farah se impusieron el viernes pasado al español Marcel Granollers y al argentino Horacio Zeballos en la final de dobles del Abierto de Estados Unidos, mientras que Osorio ganó la categoría junior de individuales de ese Grand Slam al barrer en el último juego a la local Alexandra Yepifanova.

Después de varios años jugando juntos, la pareja de Cabal y Farah ha alcanzado su madurez deportiva e inscrito su nombre en el universo del tenis mundial con los máximos títulos, y de paso abrieron un hueco a ese deporte entre la afición colombiana en la que reinan absolutos el fútbol y el ciclismo.

La dupla, que actualmente ocupa el primer lugar del escalafón de dobles de la ATP y también ganó Wimbledon este año, consiguió en los últimos dos Grand Slam lo que solo un tenista cafetero había logrado: ganar alguno de los cuatro torneos mayores del circuito internacional.

El pionero fue Iván Molina, que ganó el torneo de dobles mixtos de Roland Garros en 1974 junto a la checa Martina Navratilova tras vencer en la final a los mexicanos Marcelo Lara y Rosie Reyes.

Desde entonces, la actuación más destacada del país la había tenido Fabiola Zuluaga, que llegó a las semifinales del Abierto de Australia en 2004 y perdió contra la belga Justine Henin-Hardenne.

Además de los triunfos en los Grand Slam, Cabal y Farah también lideran al equipo de Copa Davis que en noviembre próximo disputará en Madrid la fase final del Grupo Mundial por primera vez tras haber eliminado a Suecia.

Los triunfos de la pareja y de Osorio, de 17 años, son en opinión del presidente de la Federación Colombiana de Tenis (Fedecoltenis), David Samudio, una consecuencia de la coordinación entre esa entidad, el Estado y la empresa privada para apoyar a los tenistas.

“Hay un compromiso de la empresa privada, en este caso Colsanitas, y hay un compromiso de cierta manera del Estado, que ahora está siendo más participe con el Ministerio del Deportes, antes Coldeportes, y con el Comité Olímpico Colombiano (COC)”, detalló a EFE.

El equipo Colsanitas, el más exitoso experimento del tenis nacional, fue creado en 1993 por el empresario español Roberto Cocheteux, quien falleció el pasado 20 de agosto en Bogotá a los 67 años de edad.

Bajo su liderazgo, ese conjunto se convirtió en un semillero del que surgieron las mejores raquetas de Colombia, entre las que están Cabal, Farah, Osorio, Zuluaga, Santiago Giraldo, Mariana Mesa, Catalina Castaño, Alejandro Falla, Carlos Salamanca, Daniel Galán, Camila Osorio, Emiliana Arango y Nicolás Mejía.

“Colsanitas ahora tiene más de 10 jugadores patrocinados, con seguridad de esos 10 jugadores va a haber cinco o seis muy buenos. Entre esos están Camila (Osorio), Nicolás (Mejía), Daniel (Galán). Quisiéramos tener más empresas que nos ayudaran a apoyar a los tenistas jóvenes”, añadió.

A esto se suma el trabajo de la Fedecoltenis que ha profesionalizado a sus entrenadores y logrado con ello resultados que se ven reflejados en las canchas del mundo.

“En la Federación Colombiana de Tenis somos líderes, no solamente en Suramérica, sino en casi todo el mundo en capacitación de entrenadores. Nuestros entrenadores tenían muchos problemas porque en Colombia el tema era muy empírico”, aseveró.

Samudio agregó: “Una de las partes importantes es la capacitación con la Federación Internacional de Tenis (ITF, sigla en inglés). Tenemos dos excelentes personas que manejan la capacitación que son Armando González y Catalina Ochoa, reconocidos a nivel mundial”.

Es por eso que el directivo advirtió que si bien los resultados más recientes son positivos, el tenis colombiano necesita de una mayor inversión de la empresa privada, pues mantener a una tenista como Osorio cuesta entre 80 mil y 90 mil dólares al año.

“Necesitamos más. Por ejemplo en Argentina fácilmente tienen cuatro o cinco jugadores entre los 10 mejores junior del mundo, eso se refleja a nivel profesional”, afirmó el presidente de la Federación de Tenis.

El próximo reto del tenis colombiano será precisamente la fase final del Grupo Mundial de la Copa Davis en Madrid, a donde la delegación cafetera llegará como cenicienta pero sueña, bajo el liderazgo de Cabal y Farah, con llegar lejos.

Asimismo, la dupla disputará el ATP World Tour Finals, al que llega como pareja favorita para conquistar uno de los pocos títulos que le faltan para ratificarse como la mejor del mundo.

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