El triste papel del engendro

El triste papel del engendro, en continuar ejerciendo lo que desde Cuba le ordenan, lo está llevando a su tumba política. El mal que le causó al país es irremediable

El engendro heredero, ese inepto que Fidel le recomendó al difunto, luciendo lo que es: un desquiciado autócrata; gobierna violentando a cada instante la Constitución nacional y obliga a sus adláteres a cumplir el rol que desde Cuba se les designe. Así vemos a los degenerados del TSJ, a la fiscala, a la mayoría del CNE, al contralor, al defensor, dizque del pueblo y a la plana mayor de la FAN, entre otros, cumpliendo como borregos con lo que les imponga, a cambio de seguir robando los dineros públicos y de disfrutar las prebendas del poder. Quiere aplicarle a la nueva y soberana Asamblea Nacional el “tapujo de la sala constitucional”, para restringir su radio de acción; él está totalmente equivocado, porque hoy tiene un apoyo, según las encuestas, de solo un 16 % de la población, mientras que la MUD recibió un respaldo, el 6-D que le dio mayoría absoluta en la Asamblea Nacional (112 diputados).

El engendro heredero, con ese pobre apoyo político que tiene es muy poco lo que puede hacer para evitar ser defenestrado del poder; la vía que se utilice, cualquiera de ellas, es eficaz para su caída o su huída del poder. El triste papel del engendro, en continuar ejerciendo lo que desde Cuba le ordenan, lo está llevando a su tumba política. El mal que le causó al país es irremediable; el uso degenerado del poder que se hizo en Venezuela no tiene parangón continental; la forma de gobierno en donde existe una exacerbación del poder y la restricción de libertades y derechos a los ciudadanos mediante la concentración y abuso excesivo de poder político, lo catapultó al odio y al rechazo, en la conciencia de un pueblo que desea vivir en democracia. “Si quieres conocer a un hombre dale poder”, reza una de las frases más populares de nuestro tiempo, que básicamente refleja esa característica negativa del poder como sustancia degenerativa que corroe el alma de los hombres; tanto así que el Lord J. Acton, afirmó: que todo poder corrompe y el poder absoluto, corrompe absolutamente. 

El triste papel del engendro en el poder político, tiene una fuerte resistencia en toda la sociedad civil: estudiantes, trabajadores, profesionales de las diferentes áreas del quehacer humano, amas de casa, partidos políticos, iglesias cristianas y otros, están esperando la hora para salir a darle un “parao” a esta realidad agobiante, que arremete salvajemente contra nuestra vida y salud. Se generó una sociedad en alerta real dispuesta a consagrarse por la defensa de la libertad.   

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