El valor de decidir

 

Desde que Chávez  insurgió en el horizonte político venezolano, decidió correr hacia adelante en la construcción de su comunismo, con los huevos de la serpiente en las manos. Sabía a lo que se exponía

“Todas las democracias contemporáneas viven bajo el temor permanente a la influencia de los ignorantes”. John K. Galbraith.

No hubo acuerdo entre Gobierno y Oposición, ni habrá. Esto lo hemos dicho hasta el cansancio, no es un Gobierno democrático. Ya lo sabe el mundo entero. Son audaces para el entretenimiento, la simulación, el engaño. Desde que Chávez  insurgió en el horizonte político venezolano, decidió correr hacia adelante en la construcción de su comunismo, con los huevos de la serpiente en las manos. Sabía a lo que se exponía. Hoy, sus legatarios se exhiben como son, bandas de delincuentes en el poder que aspiran seguir sustrayendo lo que queda en el mercado de los corotos en que han convertido al país. Basta con leer los artículos y declaraciones de uno de los representantes más poderosos, caído en desgracia y errante por esos caminos, amenazando con delatar a otros pranes y testaferros. 

Continúan ganando tiempo mientras su “candidato a la reelección” comenzó su campaña ofreciendo irresponsablemente más circo, porque pan no hay, tratando de revivir en el recuerdo de los ignorantes al Cid Campeador de la  revolución. Ni vivos ni muertos pueden ganar una contienda electoral dentro del marco de la legalidad. Ni con bonos carnavalescos ni con promesas de cumbiambera.

Del lado de la oposición debe estar claro que ya hicieron todo el esfuerzo por seguir la corriente del “diálogo”. Esa actitud casi beatífica y candorosa, ya debe cesar. Lo que se impone es la construcción del consenso y la unidad puertas adentro de la MUD, para ir por lo mismo a nivel nacional sobre las dos opciones posibles que ameritan valor para decidir.

O no vamos ninguno a elecciones siendo congruentes con el desconocimiento a una Asamblea Nacional Constituyente ilegal e inconstitucional, a un CNE. que tiene más semejanza con la casa del truco que a un organismo serio e imparcial, y a unas reglas de juego electoral diseñadas en tiempo récord, todas favorables al régimen, que parecen una especie de triple salto mortal para la oposición.

A esa trampa-jaula electoral montada allí por indicaciones cubanas-iraníes-rusas-chinas, es lo que aconsejan el grupo de Lima, la UE, los EEUU y la elemental razón, que se desatienda, porque sus resultados no serán reconocidos. Se recomienda hacer como Ulises, taparse los oídos y amarrarse para no sucumbir al canto de sirenas revolucionario.

O si a pesar de todo, el consenso y la unidad decide sortear los obstáculos, las dificultades y los consejos, y elige asistir a dichas elecciones convencidos que es posible derrotar al candidato del régimen porque tiene un 80 % de desaprobación  de su gestión, porque es el responsable del infortunio nacional y del pillaje y el robo más escandaloso de la historia y porque el pueblo está esperando este momento para vengarse de la farsa revolucionaria, entonces hagámoslo, pero convencidos todos que nos vamos jugando a Rosalinda. Que en ella penden las bandas de la libertad y la democracia, y que éstas no deben echarse a la suerte de un par de dados “cargados”. Aunque es posible que hayamos involucionado tanto que tengamos que recurrir a otros medios que la historia de nuestra sociología rural ilustra.

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