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Después de la primera edición (2008) y de varias reimpresiones en Alfaguara, la novela se había agotado y la situación del país hizo casi imposible la publicación. Sin embargo, Ediciones B decidió relanzar Un vampiro en Maracaibo, de Norberto José Olivar, en su legendario sello Bruguera.
“Para mí es una doble alegría, primero, porque le da una nueva oportunidad a mi novela de circular, pero también porque es una confirmación vital, un nuevo gesto de legitimación del trabajo que desarrollo desde hace años. En medio de la ruina y la ruindad que nos acecha, es un respiro para seguir trabajando”, comenta el escritor.
También celebró que la película de Carl Zitelman, basada en la novela, ya está culminada. La fecha posible de estreno está pensada para el último trimestre del año. “Tengo una curiosidad tremenda por verla. Imagínate, Miguel Ángel Landa como Jeremías Morales, Sócrates Serrano como Ernesto Navarro, Eduardo Gulino como el “Vampiro” y Javier Vidal como Agustín Baralt, es una cosa rarísima”.
Terror y humor
Un vampiro en Maracaibo es una parábola sobre el mal y una disquisición filosófica, entre el sarcasmo y lo lúdico, de las angustias terrenales humanas y sus preguntas impertinentes a un Dios que se niega a responder desde un silencio omnipotente. También es un libro en clave cinematográfica, según el criterio de Ángel Lombardi, director del Centro de Estudios Históricos de LUZ.
Esta novela entrega un tratamiento audaz: un profesor universitario, historiador, atormentado por su reciente separación, decide realizar una investigación sobre casos de vampirismo en la ciudad con el fin de escribir una novela. Convertido en detective oficioso, acude a un policía jubilado que se había encargado de las investigaciones en los 70.
Emprenden la búsqueda de la verdad en el misterio de asesinatos rituales ejecutados por un vampiro asesino que se pasea por las calles maracuchas. Este personaje, que adquiere la apariencia de diablo, introduce en el relato el elemento sobrenatural que se integra a una trama de investigación criminal, al tiempo que, desde un registro marabino, alcanza los tonos de la parodia, la ironía y el humor.
“Olivar une mundos incongruentes. Su novela trata sobre un vampiro alto, flaco y feo que no sabemos bien si en verdad es vampiro, sobre otros vampiros que tampoco sabemos sin son vampiros, sobre brujos que puede que sean vampiros, sobre un historiador que se mete a escritor; sobre un viejo petejota que no para de echar cuentos extraños y sobre gente que está loca, realmente loca y que hace cosas horrendas en su locura. Porque, no crean, este libro, a pesar de que tiene muchísimo humor, también da miedo”, advierte el escritor Fedosy Santaella.
En la gran pantalla
Tras bastante rodaje de videoclips y varios cortometrajes, el director Carl Zitelmann se embarcó en el rodaje su primera película, una adaptación de la novela Un vampiro en Maracaibo de Norberto José Olivar.
El filme está ambientado en Maracaibo y cuenta la historia de un asesino (Eduardo Gulino) en serie que corta la yugular a sus víctimas para beber de su sangre. Los crímenes se asocian a la brujería.
Sócrates Serrano y Miguel Ángel Landa son los protagonistas de la cinta. El primer interpretará al escritor e investigador, Ernesto Navarro, mientras que Landa hará el papel de Jeremías Morales, un excomisario de la Policía científica que se encargó del caso en 1975.