El Zulia es la tierra del voseo, bullicio y hablar de antaño

Los zulianos deben su lenguaje y manera de ser a las costumbres sevillanas y a la cultura y literatura griega, ambas adquiridas desde la época de la Colonia por la afluencia de europeos a través del Puerto de Maracaibo

La manera de ser y de hablar del venezolano es muy distintiva al compararla con la de otras nacionalidades. Sin embargo, son los zulianos los que más se destacan en el país en cuanto a lenguaje, coloquialismos y peculiaridades, principalmente por el voseo.

La historiadora marabina Marlene Nava reveló, en entrevista con el Diario La Verdad, que el voseo en el Zulia está relacionado particularmente con la comunidad andaluza, sobre todo de Sevilla, producto de la población española que se asentó en la región durante la época colonial.

“Nosotros tuvimos un gran poblamiento de este sector de España y adoptamos este modo protocolar que existía en la época de la colonia, en la que se usaba la segunda persona del plural de los verbos (vos) como una forma de manifestar respeto, como hoy usamos el ‘usted’”, expresó.

La reconocida periodista afirmó que, a pesar de que en otros países de Suramérica se usa el voseo, como en Uruguay, Argentina y partes de Colombia y Chile, “nosotros seguimos usando la forma original de la declinación del verbo, en la segunda persona del plural, que termina en ‘ais, eis’”.

Explicó que el voseo en esos países “no conserva esa forma y dicen, por ejemplo, ‘vos sabés, vos llamás, vos comés’, mientras que el zuliano dice ‘vos sabéis, vos llamáis, vos coméis’”, lo cual caracteriza a los habitantes de esta región.

Sobre el voseo, Nava reconoció que, desde hace mucho tiempo en escuelas y universidades del país, se critica la manera de hablar de los residentes del Zulia por considerarla como una manera indecente de expresarse, por lo que obligan a las personas a usar un lenguaje neutro.

“En las escuelas, lugares públicos, universidades y en todas partes nos han hecho sentir un poco de vergüenza étnica de ese modo de hablar. A mí, en la escuela, me decían que no era decente hablar de vos, y eso se lo dijeron a miles de niños, produciendo un ataque al lenguaje”, criticó.

Según la historiadora, “esto generó un proceso de resistencia que causó que el zuliano tuviera dos maneras de hablar, una social y una familiar”, haciendo referencia a que se expresen con un lenguaje neutro en público, pero voseando al estar con familia y amigos.

“La gente llega a una frutería y dice al frutero: ‘Por favor, me da una mano de cambures’, pero cuando llega a su casa, un familiar le dice: ‘Pasame los guineos’. Esas dos versiones del habla son cotidianas en nosotros”, argumentó.

“Aquí se habla maracucho”

Marlene Nava aseveró que los zulianos, sobre todo los marabinos, “somos reconocidos porque usamos palabras muy extrañas” al hablar, pero dichas expresiones “están ligadas a una época de gran auge intelectual en Maracaibo”.

La catedrática explicó que ella usa el gentilicio “maracuchos”, para hacer referencia a los residentes del Zulia, pues, durante la época de la colonia, el estado era conocido como Provincia de Maracaibo, y su geografía incluía partes de Táchira, Mérida, Trujillo, Barinas, Apure y de Colombia.

El uso de palabras poco conocidas radica en que Maracaibo “vivió una época en la que se suscitaron una serie de eventos científicos, culturales y comerciales de todo tipo, y una de las cosas que había era un nivel de educación bastante alto”, según Nava.

Añadió que el estado “tenía una intelectualidad, un desarrollo y un ambiente de progreso bastante pronunciado a finales del siglo XIX”, y muchas de las corrientes literarias de la época estaban “muy vinculadas al estudio de las culturas griegas y latinas, las culturas clásicas”.

Sobre este mestizaje intelectual, Nava contó que no solo afectó la manera de hablar del zuliano, sino que también dio pie al uso de nombres griegos. “Había una proliferación enorme de nombres latinos y griegos para designar a nuestros hijos, por eso se encuentran muchas Hermágoras, Sixtinos, Bonifacios, Temístocles, entre otros”.

También afirmó que los maracuchos adoptaron ciertas características al hablar, como el cambio de la letra “l” por la “r” en algunas palabras, cosa que también deriva del lenguaje de los sevillanos de antaño.

“Por eso uno no dice ‘mi alma’, sino ‘mi arma’, sin hacer referencia a ningún tipo de armamento. Esto lleva a un proceso en el cual una palabra tiene un significado cuando es con ‘l’ y otro cuando es con ‘r’”, dijo.

Para demostrar esto, la marabina dio como ejemplo la palabra “maldito”. “Cuando tú dices ‘maldito’ se considera una mala palabra, derivado de maldición, pero cuando dicen ‘mardito’ está bien porque, para el maracucho, decir esta palabra de esa forma no tiene una connotación prohibida”.

La historiadora también indicó que es este modo de hablar del zuliano se dan unas construcciones “cuyo origen desconozco”, pero su intención es la de crear una mayor cercanía con el interlocutor.

Este es el caso cuando, por ejemplo, “la hermana mayor le dice al niño, ‘te me tomáis todo el cardito (caldo). En ocasiones, se invierte el orden establecido, como en ‘me se derramó el café’ (se me derramó el café)”, dijo.

El zuliano se reconoce donde sea

Marlene Nava indicó que otro aspecto que caracteriza al zuliano sobre el resto de los venezolanos es su nasalidad y fuerza de voz al momento de hablar, lo que representa “una cualidad muy de nosotros”.

“Nosotros hablamos en un tono que es impresionantemente alto. Existen algunos quiebres de voz que ya quisieran algunas sopranos”, dijo Nava. Enfatizó en que “un grupo de zulianos conversando a veces pareciera que estuvieran peleando por el tono que emplean, cada conversación es un alboroto”.

La periodista insiste en que otro de los aspectos que caracteriza a los residentes del Zulia es su carácter “tan abierto, fresco, lleno de alegría, acogedor, solidario y muy, pero muy dicharachero”.

Nava siente que “hay una relación directa entre el lenguaje y la forma de ser de las personas”, dando como ejemplo a los andinos, cuyo comportamiento contrapone al de los zulianos.

“Los andinos son personas muy recatadas, respetuosas, distantes y muy comedidos en el trato, y eso se manifiesta en su lenguaje, por eso hablan de ‘usted’ y establecen una forma lexical que es de total respeto, de total distancia”, explicó.

“En cambio, nosotros los zulianos somos unos metidos, hablamos de vos y te tratamos de vos, te sarandiamos, te sonreímos, te abrazamos, te tocamos y establecemos una relación física casi inmediata, porque nosotros somos abiertos, espontáneos”, admitió.

Una de las maneras en que se demuestra ese cariño y confianza inmediata de la gente del Zulia es con los diminutivos. “Los maracuchos también tienden a usar mucho los diminutivos, sobre todo en los nombres: Miguelito, Joseíto, Pedrito”, dijo Nava.

Peculiaridades en peligro de extinción

 

A pesar de todas estas distinciones del zuliano en su manera de ser y de hablar, Marlene Nava siente que dichas características “están en peligro, no solo el habla, sino los valores importantes”.

Desde el punto de los adultos, la historiadora aseguró que “las abuelas son muy influyentes, porque son las que nos enseñan esos términos de antaño”. Sin embargo, advierte que la siguiente generación (sus hijos) perdió la esencia de transferir esa forma de ser a su propia descendencia.

Por otro lado, “me preocupa particularmente que los jóvenes han sido altamente influidos por los cantantes y artistas de diferentes géneros de otros países, y asombra cómo usan más términos mexicanos, dominicanos y puertorriqueños que los propios de acá”, lamentó.

Para combatir esta situación y preservar el legado, Marlene Nava cree que debería ser “a través del sistema educativo, tenemos que incluirlo en los pensum de estudios y además en el hábito, en el uso cotidiano del lenguaje”, enfatizando en que hay que sentirnos orgullosos por nuestras raíces.

“Esa ha sido una de mis banderas, la defensa de nuestra forma de hablar, yo suelo hablarle a mis alumnos de vos, de una manera muy natural”, dijo la catedrática.

También resaltó el hecho de que Fernando Chumaceiro, primer alcalde electo de Maracaibo, decretó el habla maracucha y el voseo como patrimonio cultural de la ciudad, “el decreto está vigente porque nunca ha sido derogado. Es importante que la gente sepa que esa manera de hablar es un bien cultural”, señaló.

También recalcó que “aquí hay un decreto de Oswaldo Álvarez Paz, el decreto 72, que establece la obligatoriedad de la enseñanza de historia regional en las aulas nuestras. Ese decreto está vigente, pero nunca se ha puesto en marcha”, criticando que en las escuelas no se respete el voseo.

“Pienso que también hay que motivar a la gente del común, de la radio, de todos los medios para hablar de vos, quitarles esa sensación de estar violentando algo por usar un lenguaje que es propio y natural, que es el que nos identifica”, resaltó Marlene Nava.

 

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