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Probablemente en el premio para esta categoría no haya mayor sorpresa. Zootopia está a un paso de ganarse el Oscar a la Mejor Película Animada. Su extraordinaria recaudación en taquilla y sus innumerables reconocimientos la hacen la gran favorita de este apartado y, según los expertos, los académicos no dudarán en darle la estatuilla dorada.
Sin embargo, existen cuatro opciones más que podrían robarles el sueño a los creadores de esta cinta. Moana, de Disney, Kubo y la Búsqueda del Samurái, The Red Turtle y My Life as a Zucchini no le dejarán el camino fácil a la historia donde unos animales son los protagonistas. En esta oportunidad, el portal especializado cinepremiere.com hace un repaso por las nominadas.
Zootopia
Luego de acumular éxitos como Ralph el Demoledor, Frozen y Grandes Héroes, muchos se decepcionaron al enterarse de que la siguiente gran película de Walt Disney sería Zootopia, temerosos de que fuera una simple película de animalitos antropomorfos que tanto abundaron en los peores años del estudio. Pero el ratón sorprendió con una película caracterizada por un importantísimo mensaje de inclusión, sobre una sociedad perfectamente funcional que corre el riesgo de desmoronarse por el odio suscitado hacia todos aquellos diferentes.
La cinta ganó el Globo de Oro y luce como la gran favorita de otros certámenes y aunque algunos pocos temen que la Academia no la reconozca para evitar controversias políticas, la estatuilla parece casi un hecho cuando se recuerda al gremio ansioso por mostrar su unión ante el nuevo presidente de los Estados Unidos.
Kubo y la Búsqueda del Samurái
Han pasado 12 años desde que Wallace & Gromit cosecharan la única estatuilla para el stop-motion, pero esto no ha evitado que la técnica acumule múltiples nominaciones en espera de una sorpresa. La gran oportunidad llega con Kubo y la Búsqueda del Samurái, catalogada por muchos como la mejor película animada del año y con fuertes aspiraciones al Oscar tras sus nominaciones al Globo de Oro y al Annie (los premios que otorga la Asociación Internacional de Cine Animado (International Animated Film Association).
Y para agregarle un poco de polémica, algunos señalan que la Academia ya le debe una estatuilla a Laika, un gigante de la técnica que ha debido conformarse con nominaciones para Coraline, ParaNorman y Los Boxtrolls. No la descarten, pues si hay una película que puede romper las quinielas de la categoría, es esta.
Moana
Ron Clements y John Musker tienen un lugar asegurado en la historia de la animación, son los responsables de La Sirenita, pero deberán esperar otro poco para obtener un reconocimiento de la Academia. Y es que Moana fue efectiva, e incluso respetuosa al progreso femenino que ha caracterizado al ratón en los últimos años, pero también poco arriesgada para una industria animada que quiere evolucionar más allá del eterno cuento de hadas. La princesa hawaiana deberá conformarse con su acumulación de nominaciones que incluye el Globo de Oro, el Annie y ahora el Oscar.
The Red Turtle
El destino de Ghibli lucía incierto tras el último retiro de Hayao Miyazaki, pero el estudio parece haber encontrado nuevas claves del éxito en las coproducciones. The Red Turtle es el perfecto ejemplo de ello, pues es una cinta que combina animación japonesa con narrativa francesa para contar la historia cuasi-silente (no tiene un solo diálogo) de un náufrago cuya soledad le lleva a establecer amistad con una enorme tortuga.
El Oscar luce prácticamente imposible tras una temporada infructífera, pero la nominación es un digno reconocimiento al esfuerzo y un retiro para todos los que temen por el futuro de la animación tradicional.
My Life as a Zucchini
La terna por Mejor Película Animada siempre será dominada por los gigantes norteamericanos, pero cada año llega un caballo negro dispuesto a provocarles severos dolores de cabeza. La oportunidad este año es para My Life as a Zucchini, una conmovedora historia sobre un niño dispuesto a encontrar su lugar en el mundo durante su estancia en un orfanato. Su técnica artesanal enamoró a la crítica, su mensaje le abrió aún más el camino, sus nominaciones al Globo de Oro y al Annie incrementaron sus posibilidades, y su naturaleza independiente le convierte en firme candidato a la sorpresa.