Emigrar, una decisión planificada

Lo primero que debo decirles es que hay que indagar varios destinos, cómo está su economía, oportunidades de empleo tanto en el campo profesional como en el informal; no hacerlo es dar un salto al vacío y como consecuencia el futuro será deprimente, inconforme y sobrevivirán en la añoranza

Antes de adentrarnos en el tema de esta semana, quiero expresar mi respeto, admiración y solidaridad a los cinco millones de venezolanos que hoy están regados por el mundo buscando un mejor porvenir para sus seres queridos, y a los que aún permanecen en esta tierra, nuestra única tierra: Venezuela.  

Decidí escribir sobre la inmigración por la cantidad de personas que a diario se me acercan por una u otra razón y el tema de conversación se centra en salir del país como sea y a costa de lo que sea antes de que todo empeore; también me motivó hablar del tema luego de que mi hijo de 13 años me preguntara “¿papá, cuándo nos vamos nosotros, todos mis amigos se están yendo?”, mi respuesta fue, “no todos se pueden ir, y por el momento nosotros no nos vamos”.

Cada emigrante es una historia, y así lo pude constatar durante el reciente viaje que hice a Perú, por razones de trabajo, en donde me topé con muchos compatriotas, de diferentes ciudades, edades, profesión, status social, etc.

Ahora bien, lo primero que debo decirles es que hay que indagar varios destinos, cómo está su economía, oportunidades de empleo tanto en el campo profesional como en el informal; no hacerlo es dar un salto al vacío y como consecuencia el futuro será deprimente, inconforme y sobrevivirán en la añoranza.

Lo segundo que les recomiendo es tener localizados varios contactos en el país al que decidan emigrar. Trate de que le den alojamiento y lo informen bien de cómo es la cosa; recuerde que los primeros días, estos amigos le sonríen, pero luego estorba, así que la estadía en casa ajena debe ser muy breve.

Únase a grupos de venezolanos de bien y a las ONG que funcionan y le pueden ayudar; en el caso de Perú puedo decirles que la Organización Unión Venezolana en Perú me parece bastante coordinada, su fundador, Oscar Pérez, es reconocido por los venezolanos que están allá y por las autoridades peruanas como una persona de buena voluntad y de lucha desinteresada.

Como tercer consejo le digo, apostille los documentos necesarios, pero también llévese consigo un oficio aparte de su profesión, pues hay un 95 % de probabilidad de que trabaje gracias al oficio, y no a la carrera universitaria; si no lo tiene comience hacer el cursito.

Con este artículo no busco afianzar la tesis de que es mejor irse que quedarse, pero sí creo que quien decida seguir esa ruta, el éxito dependerá de la planificación y de la capacidad de entender que su salida es temporal.

 

Visited 7 times, 1 visit(s) today