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Después de casi dos décadas trabajando como maestro chocolatero para una marca de bombones en Caracas, Giovanni Conversi decide comenzar su propio emprendimiento. La experiencia acumulada en esos años de trabajo fueron claves para esta nueva aventura en la que se embarcaba, pero poco conocía sobre los aspectos contables o legales para conformar una empresa. “Comencé en mi casa con las cosas que tenía a mano sin nada sofisticado. Lo más importante era que yo creía en mi producto y le transmitía a las personas ese entusiasmo por lo que estaba haciendo”, comenta el chocolatero.
Decide bautizar su marca de barras de chocolate saborizadas con el nombre Mantuano, haciendo referencia a esa tradición culinaria de la capital. Estas barras las trabaja con la técnica de infusión para saborizar el chocolate. Un sobrino diseñador gráfico le ayudó con el diseño de los empaques. “Una de las cosas que siempre me planteé era ver qué ventajas competitivas podía ofrecerle al público, para que prefirieran mi chocolate. La comida entra por los ojos y así pensé que mi empaque tenía que resaltar”.
Vinieron oportunidades y así llegó a un reconocido centro de estudios empresariales donde pudo aprender lo necesario y organizar mucho mejor la empresa. Los empaques ayudaron a la marca y rápidamente escaló posiciones entre los amantes del chocolate. En su propuesta de experimentar con sabores llegó a la creación de varias barras interesantes como limón criollo, naranja criolla, sal marina, jengibre, té earl grey entre otras. Actualmente la marca tiene presencia en varias ciudades del país y sigue experimentando desde su laboratorio para seguir sorprendiendo a sus comensales.