
Una de las petroleras que cooperarían en el traspaso ilegal de crudo sería Caribbean Petroleum Refinery, cuyo director sería Luis Giusti, expresidente de PDVSA
Una empresa con una oficina en Houston y otra propiedad de dos ciudadanos estadounidenses estarían ayudando a Venezuela a eludir las sanciones emitidas por Estados Unidos en 2019 y transportar silenciosamente millones de productos derivados del petróleo a bordo de un petrolero construido en Irán.
Según informes de Associated Press (AP), el buque cisterna Colón, con bandera de Togo, descargó el 28 de septiembre 600.000 barriles de fueloil en la terminal de Bullenbaai, operada por la empresa de refinación Curazao en asociación con Caribbean Petroleum Refinery, empresa que inició operaciones apenas en junio y tiene como directores a los venezolanos Raúl Herrera y Luis Giusti, este último es expresidente de PDVSA.
Posteriormente, PDVSA emitió un comunicado de prensa celebrando la llegada del Colón como un “momento histórico”, diciendo que era la primera entrega de la terminal reactivada que es capaz de almacenar hasta 7 millones de barriles de productos petroleros.
Documentos internos de la petrolera venezolana muestran que la carga transportada por el Colón fue vendida en septiembre a United Petroleo Corp. Esta empresa se registró en Panamá el año pasado y es el segundo mayor cliente de PDVSA este año con facturas impagas por productos petroleros vendidos a consignación por más de 400 millones de dólares.
En la investigación realizada por AP, se mencionó el contacto con Raúl Herrera para tener conocimiento del despacho petrolero de septiembre. El empresario aseguró que “no estamos operando productos venezolanos”, recalcando que “no somos los propietarios ni los vendedores de esta carga”, refiriéndose a la empresa Caribbean Petroleum Refinery.
Por otro lado, se le preguntó a Patrick Newton, director de la refinería estatal de Curazao, si el envío se originó en Venezuela, dijo que su empresa cumple plenamente con las sanciones de Estados Unidos y que sus contratos exigen que sus clientes se adhieran a las mismas leyes.
Los estadounidenses y las entidades norteamericanas tienen prohibido hacer negocios con la compañía PDVSA desde el 2019 dado las sanciones otorgadas.
Sin embargo, muchas de esas transacciones hechas por PDVSA involucraron pagos en criptomonedas con grandes descuentos por parte de empresarios rusos, compañías ficticias en lugares como Hong Kong y petroleros fantasmas que apagan sus transpondedores obligatorios para evitar ser detectados por las autoridades estadounidenses, así lo afirmó AP.
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