
Los
Los delitos de robo de carros, cobravacuna, extorsión y sicariato se incrementan en el municipio Baralt. Seis bandas acorralan a los ganaderos, comerciantes, empresarios y dueños de contratistas petroleras. Quienes residen en las parroquias General Rafael Urdaneta y Marcelino Briceño son los más golpeados, los delincuentes aprovechan las cercanías con los estados Lara y Trujillo para huir.
La Policía estima que seis bandas delictivas compuestas por unos 250 hombres, se disputan el municipio. Mencionan al “Cagón”, el “Guiller”, el “Barrigón”, el “David” y el “Valenciano”, como los líderes de las bandas criminales. “Usan armas largas, cortas, pistolas automáticas y hasta granadas. Se matan entre ellos por el control de la zona”.
A la banda del “Cagón”, con 30 hombres, y Los Cáscaras, liderada por el “Guiller” y con unos 70 maleantes a su disposición, las describen como “las más duras y sanguinarias”. Esta última se alió recientemente con los 30 delincuentes comandados por el “Barrigón”, para adueñarse de los sectores Monte Libre, El Tigre y El Muro.
“El ‘Guiller’ y el ‘Barrigón’ se unieron para defender la zona de la gente del ‘Cagón’. Esto las convierte en un monstruo”, dijo una fuente policial.
Los Viatas, liderados por el “David”, operan en los sectores Carrillo y El Milagro. Unos 30 vándalos dominan esa zona. “La mayoría de ellos son hermanos y primos. Miembros de la misma familia que ahora viven del delito. Cuatro de ellos cayeron en enfrentamientos con la Policía y a otros dos los mataron por meterse en una zona que no les pertenecía”.
En los últimos puestos de la lista de las más buscadas están la banda del “Valenciano”, que opera en el sector El Milagro, y la del “Memo”, ahora conocida como el Renacer del Memo, luego que su líder fue ultimado en un enfrentamiento con Polibaralt. “Son como 60 hombres entre las dos. La gente del “Memo” buscó asilo en otras organizaciones delictivas. Igual siguen haciendo mucho daño”.
Todas trabajan bajo la organización y planificación de los “potentes líderes negativos” el “Santana” y el “Gatico”. Ambos residen en los estados vecinos y se encargan de reclutar a los jóvenes “baqueados” de la zona rural; los preparan, surten de armamento y costean sus gastos para la movilización y el ejecútese de los delitos en la localidad. “Es como una empresa. Ellos exigen y luego deben rendirle cuenta por cada trabajo sucio que hagan. Todas buscan ganar más territorio porque así mueven más dinero”.
En la lucha por dominar el territorio han asesinado a 11 jóvenes entre enero y febrero. Todos los crímenes los investigan como venganza y ajuste de cuentas. Las edades de las víctimas oscilan entre los 17 y los 22 años. Hasta la fecha no hay detenidos por esos asesinatos.
Las comunidades tienen miedo. Las bandas hacen lo que sea por obtener dinero. No sienten remordimiento ni se miden al momento de atacar a sus víctimas para cobrar rescates o vacunas. Son capaces hasta de matar.
Trabajo duro
Para Manuel Manrique, comisionado jefe de la Policía municipal de Baralt (Polibaralt), el trabajo en materia de seguridad apremia. Asegura que desde su llegaba al cargo (hace dos semanas) están en el proceso de identificación y ubicación de los integrantes de cada banda.
El cuerpo de seguridad cuenta con 89 oficiales, cinco unidades radiopatrulleras, un camión y se espera la activación del comando motorizado (ocho motos) para los próximos días.
“Trabajamos de forma articulada con la Guardia Nacional, la Policía del estado, Policía Nacional, Policía científica y mancomunidad de la COL. Ya tenemos un Centro de Coordinación de Policial Rural y hacemos operativos en conjunto para retomar el control de las zonas. Queremos recuperar la confianza de nuestros habitantes”.