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¡Gracias! Así comienzo mi último artículo de 2015, dándole gracias a todos y cada uno de ustedes por el apoyo brindado este año; gracias por la confianza, pero sobre todo, gracias por acompañarnos en este sueño y en la lucha por un mejor país.
En el 2016 viene la mejor Venezuela. Sí, a partir de mañana comienza a correr el tiempo para materializar el deseo, la esperanza y el anhelo de volver a tener un país próspero, seguro y pujante. El tiempo de Dios es perfecto, y seguro estoy que el tiempo perfecto de Venezuela será este nuevo año.
Será un año de decisiones, un año de progreso, y por supuesto un año de sacrificios y esfuerzo. Los venezolanos nos caracterizamos por ser del tamaño de la dificultad que se nos presente, por eso sé que saldremos adelante en esos momentos duros que pronostican algunos expertos en materia social y económica.
Claro está, para construir esa mejor Venezuela, debemos resolver de una vez por toda la crisis política y económica en la que nos tiene sumergido este Gobierno incapaz e ineficiente; y eso solo lo lograremos como hemos logrado los cambios en este país: unidos.
Juntos, uniendo esfuerzos y dejando a un lado los intereses personales, dimos un gran paso este año, obtener la mayoría calificada en la Asamblea Nacional; sitio desde donde continuaremos marcando el camino hacia el cambio que queremos y que dejamos bien claro el pasado 6 de diciembre en las urnas electorales.
A pocas horas de recibir el 2016, ratifico en nombre de Leopoldo López y de la gran familia que somos en Voluntad Popular, que este nuevo año seguiremos en pie de lucha; continuaremos recorriendo el país para seguir sembrando la esperanza, la fuerza y la fe de que sí se puede construir la mejor Venezuela en donde quepamos todos, y en donde el respeto y la reconciliación sean la bandera de ese trabajo que cada uno haremos desde nuestra trinchera.
Esta noche cuando en familia despidamos el año, cuando renovemos nuestras metas y nos demos el abrazo de feliz año; alzaré mi voz al cielo y elevaré una oración pidiendo justicia; justicia sincera para mis hermanos Leopoldo López y Daniel Ceballos, para los valientes estudiantes, para Antonio Ledezma, Manuel Rosales y todos los presos políticos de este nefasto régimen. También pediré justicia para este noble pueblo que ha sido víctima de una infinidad de violaciones de derechos humanos durante estos últimos 17 años. Me despido de ustedes deseándoles un feliz y próspero año 2016, y recordándoles que mantengamos la fuerza y fe. ¡Feliz año, Venezuela!