
Una
En las mañanas, lo primero que ven los habitantes del barrio 14 de Noviembre es el agua grisácea, con heces fecales y gusanos. Los vecinos denunciaron que desde hace cinco meses luchan por mantener su estilo de vida en medio de las aguas residuales. Álvaro Pulgarín, afectado, presume que el origen del problema es un colector dañado que retorna el líquido por las tuberías. Cree que las viviendas quedaron bajo el nivel del pavimento. Cuando llueve, las cloacas se desbordan y no encuentran punto de salida, lo que genera lagunas permanentes dentro de la casas.
Al menos 60 casas albergan charcos de lúquido contaminado en el patio o el frente. Cuando llueve o reciben el suministro del míneral, las casas se llenan hasta dos centímetros con agua podrida. La familia de Rafaelina Canvar, de 60 años, se mudó junto con sus dos nietas menores de edad porque su hogar quedó quedó inhabitable. Perdieron sus enseres y no reciben respuesta de Hidrolago.
Pulgarín aseguró que las juntas comunales entregaron hasta 22 informes a la hidrológica. Los trabajadores de la compañía se presentaron hace dos semanas para supuestamente solventar la afección. “Solo rompieron las calles y las cloacas regresan el agua como siempre”.
Enfermedades
Los niños y ancianos sufren producto de la exposición a los olores contaminantes. Kenny Pulgarín, de 24 años, relató que su hija de dos meses desarrolló neumonía por inhalar los gases de la alcantarilla dentro de la casa. Indicó que hay casos de dengue por la proliferación de mosquitos y plagas en cada una de la viviendas afectadas.
Los niños y ancianos de las tres calles presentan cuadros de diarrea y vómito que se repiten cada semana. Para combatir las infecciones, las mujeres y hombres usan hasta un litro de creolina diario para limpiar los suelos y disminuir los olores.
Los suelos, aceras y paredes adoptaron una tonalidad verde limo y algunas estructuras empezaron a ceder por el contacto con la humedad. Arde Barrientos, jubilada, de 64 años, se lamentó porque el agua de cloaca estropeó sus cultivos de topocho, plátano y yuca. “Con eso íbamos a comer por unas semanas, ahora nos quedamos sin nada”. La comunidad espera la respuesta de Hidrolago. Se declararon en una crisis de salud y vivienda.
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Afectados
“Los baños quedaron inutilizables porque se regresa el excremento. Tenemos que usar hasta 12 baldes de agua para darle bomba” Iris Carvajal Habitante del sector
“En la calle 78C, no tenemos gas desde hace 12 días porque se le metió el agua de cloaca a las tuberías, cocinamos con leña” Maribel Rincón, pensionada afectada