“En el destierro no podía ni hablar”

Manuel Rosales hablu00f3 con La Verdad desde el aeropuerto de Aruba antes de volver para entregarse en Venezuela. (Foto: Jhair Torres)

La Verdad presenta la última entrevista de Manuel Rosales antes de entregarse a las autoridades. El dirigente cree que el Gobierno nacional no está muy contento con su regreso, porque lo querían lejos 

Manuel Rosales mantiene intacta la capacidad de hacerse notar cuando llega, de atraer a la gente; una característica que sus más cercanos la definen como carisma, y que ha sido su carta de presentación desde los tiempos en los que gobernaba la Alcaldía de Maracaibo y la Gobernación del Zulia. A simple vista, quiere regresar al escenario político nacional y quizás sin esta afirmación no tendría ningún sentido que se atreviera a abandonar el exilio, donde era intocable, para exponerse a ser juzgado por una justicia como la venezolana, que parece intolerante y severa con la disidencia. Minutos antes del último llamado del vuelo 1981 de Láser, que lo traería de regreso a su tierra después de seis años en el exilio, el dirigente opositor se sentó en una mesa del aeropuerto Reina Beatriz, de Aruba, a conversar con La Verdad, en lo que a la postre se convertiría en su última entrevista en libertad. En ese momento ya el exmandatario sabía que ni siquiera le permitirían llegar a la calle 72. Pero su decisión de regresar estaba tomada...

- ¿Tiene miedo?

- Lo más seguro es que a mí me estén esperando para ponerme preso, pero a eso no le tengo miedo porque esto es una manera de decirle a la gente que sí hay futuro, que tenemos que movilizarnos y organizarnos para que el 6 de diciembre podamos darle -al Gobierno nacional- un castigo contundente.

- Entonces, ¿cómo se siente?

- Feliz. Tengo una emoción que nace desde muy adentro. Por supuesto, con preocupaciones: sé que tienen inundado de militares el aeropuerto, las adyacencias.

- Pero ese operativo para capturarlo puede ser apenas un adelanto de lo que le espera en el país

- Supongo que el Gobierno no está muy contento con mi regreso, estoy seguro de que a ellos les hubiese gustado que me quedara en el destierro para siempre. Uno de ellos lo dijo alguna vez, que a mí me iban a tener bien lejos, que regresaría en sillas de rueda o como dicen vulgarmente con las "patas pa' lante", pero fíjate que no, voy con la frente en alto, caminando firme, con mis principios, mis creencias, mis valores bien definidos e intactos.

- ¿Qué le dice a la gente que lo esperó en la 72 y no lo podrá ver?

- Que quiero mucha paz, mucha cordura. No quiero violencia, que nadie ponga en riesgo su vida, su integridad física, no quiero que esto se convierta en manifestaciones desagradables. El pueblo sufre demasiado y tiene mucho dolor para que nosotros vayamos a provocar más conflictos. Quiero ir para allá a ayudar a ganar el 6 de diciembre para empezar a cambiar a Venezuela. Ayudar a que en mi país comience un proceso de equilibrio, de control a los poderes desbocados y, especialmente, de reencuentro entre todos. Creo que en Venezuela tiene que acabarse ese odio eterno, la discordia permanente, que nace a partir de la falta de respeto a la libertad de expresión, de pensamiento, a la libertad que tienen los ciudadanos de desarrollarse, salir de abajo. Eso es lo que queremos, que la gente tenga oportunidades, una buena casa, un buen empleo, salarios fijos, un buen sistema de salud, de educación, que tengan vacaciones, un buen carro.

- ¿Y cómo puede ayudar estando preso?

- Dando el ejemplo y demostrando que hay esperanza. Si no es así, Nelson Mandela no hubiera podido lograr el cambio que consiguió en su pueblo. La cárcel es un problema, te aleja, te silencia, pero en el destierro no podía ni hablar.

- ¿Y ahora lo van a escuchar en Venezuela?

- No, pero he tenido la oportunidad de decir las cosas. Le estoy diciendo a la gente, además, que no hay que irse, que hay que quedarse, luchar y votar. Eso no lo podía decir antes porque cualquiera me hubiera dicho ‘y tú, ¿por qué estás afuera?’.

- ¿Habló con su familia?

- Anoche (miércoles) tuvimos una larga conversación por Skype, echamos cuentos, hablamos de lo que iba a pasar. Están conscientes de que no me van a dejar salir del aeropuerto porque el Gobierno tiene temor de que yo comience a caminar las calles de Maracaibo.

- ¿Cuándo podrá caminar Rosales esas calles?

- Yo soy siempre optimista. Me veo ahí en el corto plazo. Creo que en Venezuela tenemos que emprender un cambio a partir de diciembre.

- ¿No le teme a la indolencia del Gobierno porque Diosdado Cabello parece decidido a condenarlo?

- Tienen un montaje, videos que han sacado desde hace más de seis años. Han dicho de todo de mí, me calumnian, me maltratan, dicen barbaridades, pero eso es lo que hay que cambiar, porque imagínense que yo me pusiera a responder todas esas cosas. Un dirigente político no debe hablarle así al pueblo. Yo sentiría vergüenza si tomara los canales del Estado para estar diciendo todas esas mentiras y barbaridades que dicen.

- Es evidente que un sector de la oposición tampoco lo respalda y piensa que usted va a dividir

- Soy respetuoso de las opiniones de los demás, de la oposición o del Gobierno, esa es la democracia, el respeto al otro. El primer día que llegó este Gobierno al poder, hace 17 años, dije que venían tiempos malos para Venezuela porque este modelo es de fachada socialista, pero tiene raíces comunistas y en el comunismo nada más están bien unos grupos, las cúpulas. Y el pueblo, que ande de patas en el suelo, que ande medio vestido, que haga cola, que sufra, que viva mal, porque a ellos lo que les interesa es que todo el mundo viva mal y que la gente tenga que estar detrás de ellos con un sombrero, tendiendo la mano para que le den burusas. Eso no es así. El pueblo tiene que recibir lo que les corresponde.

- Entonces, ¿Manuel es unidad?

- Toda la vida he sido un hombre con vocación para la unidad. El primer signo de unidad para la oposición fue en el 2006 cuando fui candidato presidencial. En ese momento, algunos sectores de la oposición no me apoyaron, otros jugaron a la atención. En tres meses sacamos alrededor de 40 por ciento. Yo dije en esa oportunidad, asumiéndolo como hombre responsable, que era verdad que había ganado el presidente Chávez, con una diferencia que no se esperaba, porque si me dan un mes más no sé qué hubiera pasado, pero nos unimos. Hoy nos estamos preparando, porque esto no es un problema de partidos políticos ni de figuras, está muy claro lo que nos estamos jugando: el futuro de Venezuela, que haya progreso, prosperidad, buena salud, educación, se acaben los apagones, las colas, que recuperemos el bolívar, que da vergüenza. La gente gana en bolívares y tiene que comprar a precio de dólares. Ahora dicen que en la campaña van a regalar neveras, licuadoras, pero después que te dan la nevera qué le vas a meter si no se consigue nada, qué vas a meter en la lavadora si no hay jabón y el agua no llega. Estamos en ese drama, que es lo que queremos cambiar. Por eso voy a Venezuela, porque creo que esto es insoportable y cuando un país está en crisis los dirigentes tenemos que dar un paso al frente, corriendo los riegos que tengamos que correr.

Defensa de Rosales apelará 

Magaly Vásquez, abogada de Manuel Rosales, aseguró a La Verdad que la defensa recurrirá la medida privativa de libertad que le impusieron el pasado viernes al exgobernador. Afirmó que la decisión del juez del Tribunal 19 de Control de mantener al dirigente en El Helicoide fue el primer revés para la defensa, que aspiraba a que el dirigente pudiera permanecer en libertad hasta la audiencia preliminar del próximo 12 de noviembre, pues no había peligro de fuga.

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